El emprendimiento en general no es un camino fácil ni para el hombre ni para la mujer y no todo el mundo tiene madera para soportar los altibajos, la lucha y sacrificio que requiere esta elección. Sin embargo, creo que son contadas las excepciones de mujeres valientes que se arriesgan y que, o bien tienen parejas maravillosas que les ayudan con la crianza de sus hijos mientras ellas invierten tiempo en su sueño, o son madres solteras que se las ingenian para mantener a sus hijos y sacar adelante sus proyectos, o simplemente mujeres solas que no se rinden y lo arriesgan todo por hacer de este mundo un lugar mejor y vivir de lo que les apasiona.
Por más que pensemos que los tiempos han cambiado para mejor en este sentido, que hay más puestos directivos ocupados por mujeres o proyectos exitosos y empresas lideradas por mujeres, nuestro papel en esta sociedad y en la familia nos sigue exigiendo tareas y obligaciones que a veces nos obligan a renunciar a nuestro sueño o idea, y vivir de lo que nos apasiona. Hay muchísimas mujeres que terminan renunciando a lo que realmente las hará sentirse realizadas y felices.
Y aquí sólo estoy pasando de puntillas por esas obligaciones que como mujeres tenemos en nuestras familias, o por esas creencias limitantes que nos imponemos nosotras mismas o nuestro entorno y que nos impide avanzar hacia lo que nuestro ser anhela. Este tema es mucho más profundo y doloroso, hay una realidad en el mundo de difícil solución y lo vemos cada día en las noticias.
¿Mujeres sin complejos o con burka?
Cuando me propusieron colaborar en este maravilloso proyecto, BikiniBurka, cuyo eslogan es “Para mujeres sin complejos”, me venía una imagen a la cabeza. No sé si han visto la película “Sexo en Nueva York 2”, en la que las cuatro amigas van a Abu Dhabi y en la piscina del hotel se encuentran con mujeres que tienen el burka puesto y que se lo tienen que dejar hasta para comer.
Pensar que en el mundo, sin tener que irnos tan lejos como se fueron estas cuatro amigas, hay mujeres sometidas, mujeres con complejos, con baja autoestima que son víctimas de hombres machistas y maltratadores y cuyas historias muchas veces terminan con un trágico desenlace que con sólo pensarlo se me ponen los pelos de punta.
Aún vivimos en una sociedad en la que existen muchas mujeres con complejos y con “burka” en sentido figurado.
Un burka, que puede ser una pareja celosa y posesiva que no quiera que su mujer “brille”, se independice, tenga un futuro mejor, realice un proyecto o emprendimiento por sus propios medios y con su talento, o unos padres con creencias limitantes que le digan a su hija que mejor se busque un empleo y se deje de “pajaritos en la cabeza”.
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