Recientemente he tenido una que otra conversación con un estimado amigo que cree fielmente que las redes sociales nos han venido a estropear la vida… bueno no es tan radical su pensamiento y tampoco puedo decir que sus fundamentos son del todo equivocados, ya que seguro leerá este artículo debo decirle también: “hola, te mando un beso” .
“Las redes sociales construyen personas, pero las destruyen con mayor facilidad”
Las redes sociales nos han dado voces estridentes a todos, somos ahora capaces de decir lo que nos da la gana y cuidamos muy poco el compromiso que se extrae de ese poder. Criticamos, cuestionamos, preguntamos, gritamos, alabamos, ofendemos, somos definitivamente una cajita de sorpresas. Si alguien hizo algo que nos molesta nos quejamos y somos en algunas ocasiones tan pero tan poco consientes el daño que podemos ejercer. Las redes sociales construyen personas, pero las destruyen con mayor facilidad. En esa parte del argumento de mi amigo estoy de acuerdo, los pocos que vivimos el nacimiento de este uso de la tecnología creo que entendemos mejor su impacto, pero ahora todos tienen un espacio para opinar y aunque defiendo la libertad de expresión, no todos los comentarios merecen ser escuchados.
Sin la tecnología de comunicación sobre la que se basan las redes sociales, yo no podría hablar con mis hijos todos los días o ver las fotos de mi bella sobrina que aún no conozco. Tampoco podría decirle a mis papas que los amo o conocer personas interesantes, así como aprender a tocar el ukelele o a andar en moto, cosa que no recomiendo jeje, puede ser peligroso. Pero esa tecnología es para mi una bendición que hace mi vida mas completa y de la que no quiero prescindir.
“Las redes sociales vienen a potenciar y mostrar la naturaleza real del ser humano”
Pero el argumento de mi amigo se basa las posiciones radicales que tiene estos espacios, y cómo afectan con algunas opiniones a las mentes más susceptibles. Hay quienes repiten comentarios sin ni siquiera profundizar en sus fuentes, personas que critican acciones sin tomarse la molestia de estudiar sobre sus orígenes, todos tienen algo que decir y no se detienen a ver qué efecto tendrá.
En esas noches de pláticas mi posición es sencilla, a pesar de que me considero una persona optimista en su máxima expresión, sé que las redes sociales vienen a potenciar y mostrar la naturaleza real del ser humano. Con niveles de educación tan bajos no se puede esperar resultados diferentes, pero honestamente no creo que las redes sociales sean las responsables, las personas siempre han sido así, siempre han pensado así, la diferencia es que ahora tienen un perfil publico al que recurrir.
“Cómo hacemos para que las personas, los millones de millones que están en ellas, entiendan el poder que tienen en sus manos”
Creo que el objetivo ahora no debe ser cuestionar si las redes sociales son buenas o malas, eso ya se pasó de control hace tiempo, el detalle es cómo hacemos para que las personas, los millones de millones que están en ellas, entiendan el poder que tienen en sus manos. Cómo le explicamos a un “influencer” que si muestra a su público, mayoritariamente joven, que la belleza está en un cuerpo delgado o una ropa de marca, puede ocasionar frustración o tristeza en los que no logren alcanzar esos estándares. Cómo le explicamos a una persona de pensamiento de izquierda que usar su cuenta de Facebook para gritar las injusticias sin detenerse a analizar los hechos y llamar a las personas a revelarse deja sin espacio la voz de otras personas que pueden aportar una perspectiva diferente, porque todo, todo en esta vida tiene dos caras.
“Si vamos a criticar algo verifiquemos, si vamos a alabar algo asegurémonos”
No tengo una respuesta o solución ideal a esta situación, de hecho no tengo la menor idea de como manejarlo, puedo decir que gracias a mi edad y como ya no creo tanto en la gente, muchos de estos post pueden en la mayoría de los casos pasan desapercibidos, pero me gustaría pensar que la próxima vez que escribamos algo en línea lo pensemos un poquito más, si vamos a criticar algo verifiquemos, si vamos a alabar algo asegurémonos.
En fin, la tecnología no se va a ningún lado , igual que el uso que damos de ella, pero podríamos ser un poco más responsable, y antes de darle send a cualquiera de esos comentarios, deberíamos imaginarnos si compartiríamos esa opinión con la misma facilidad si tuviéramos a la persona o a la entidad de la que hablamos frente a frente y no detrás del telón del anonimato que las redes nos dan.