Era un lugar insólito para esos ojos azules. Demasiado árido para no quemarse la piel. Aún escondida tras el telón, debió de llamar la atención de todos los demás. La primera vez fracasó. Se quedó a las puertas del infierno. Pero ella estaba allí, a tres horas de avión. Y pensar que a tal ínfima…
Redactoras