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‘Power suit’: Cómo la moda puede empoderar a las mujeres

Fuente: Haper´s Bazaar

Febrero es por norma general el mes del año en el que los diseñadores de moda anuncian sus colecciones para la temporada de otoño e invierno en diferentes capitales mundiales, como Paris, Nueva York, Londres o Milán. Cada año los directores creativos esbozan nuevos diseños que perfilarán las tendencias de la próxima temporada y, dependiendo de su éxito, de la década. Sin lugar a dudas, cada colección destaca por incluir una prenda o color estrella entre sus bocetos: el azul de Yves Klein, la gabardina femenina de Yves Saint Laurent o los trajes de Coco Chanel, entre muchos otros. 

“El primer traje femenino de la historia, compuesto por una larga chaqueta combinada con una estrecha falda”

Sin embargo, si una prenda ha marcado un hito histórico, no solo por su éxito en las pasarelas sino por su motivo de empoderación y emancipación femenina, ese ha sido el traje. Durante el movimiento sufragista en la década de 1910, las mujeres adaptaron su vestimenta a los nuevos retos que la década les planteaba, creando el que sería el primer traje femenino de la historia, compuesto por una larga chaqueta combinada con una estrecha falda. 

Años más tarde, en 1914, la diseñadora francesa Gabrielle Chanel crearía un modelo de traje adaptado al nuevo estilo de vida de las mujeres, inspirándose en el movimiento sufragista y en la integración de la mujer en el estilo de vida previamente reservado para el género masculino. No obstante, no fue hasta 1932 que el diseñador Marcel Rochas combinó la creación de Chanel con el pantalón de vestir, hasta entonces exclusivo para la clientela masculina. 

“El traje llegó a convertirse en el uniforme perfecto para las mujeres trabajadoras que querían ser tomadas en serio”

Con la década de los 60 llega, de la mano de Yves Saint Laurent, le smoking. Esta prenda supuso no solo una revolución en la industria de la moda, sino una reinvindicación política, ya que adaptaba el look masculino de brandy y cigarro a la figura femenina y las ideas feministas que predominaban entre la burguesía de la época. Así, durante los próximos años, el traje llegó a convertirse en el uniforme perfecto para las mujeres trabajadoras que querían ser tomadas en serio en un mundo hecho por y para los hombres. 

Con la película Armas de mujer, protagonizada por Melanie Griffith en 1988, se origina el término ‘power suit’ y su respectivo movimiento, ‘power dressing’. Este estilo tenía un claro objetivo: permitir a las mujeres mostrar autoridad a través del uso de trajes hechos a medida, chaquetas con hombreras, jerséis de cuello alto y faldas hasta la rodilla, pero dejando atrás la sobriedad masculina y sustituyéndola por looks coloridos, propios de la moda ochentera. A través de la vestimenta, las mujeres consiguieron alcanzar puestos de poder en sectores donde su incorporación aún era muy reciente, como Margaret Thatcher, la princesa Diana o Hillary Clinton, quienes pronto se convertirían en iconos de moda. 

“El “power suit” es desde jeans con zapatillas hasta vestidos extravagantes y trajes coloridos”

En los últimos años, a partir de la década de los 90, el traje se toma un descanso y desaparece de las pasarelas y portadas para dejar paso a vestidos reinventados con un enfoque más romántico y poético. Ya no es necesario llevar una prenda que dote a las mujeres de seriedad y estatus en el mundo laboral. Ahora todo vale, el “power suit” es desde jeans con zapatillas hasta vestidos extravagantes y trajes coloridos. El aumento de mujeres en posiciones de poder ha cambiado el dress code y  ha permitido demostrar su autoridad a través de sus conocimientos y valía, más allá de su vestimenta. No obstante, en los últimos años, los diseñadores han traído de vuelta esta prenda, combinable a la perfección para cualquier ocasión, convirtiéndola en el perfecto fondo de armario .

En las recientes pasarelas, el traje sigue presente y tras cada colección se reinventa siguiendo las tendencias de la temporada. Desde su uso diario hasta un look de invitada, el ‘power suit’ ha abandonado sus orígenes masculinos y ha sabido adaptarse, junto a la sociedad, a la presencia de mujeres en posiciones de poder. 

Yanira González

Periodista apasionada de la moda, de viajar y de conocer nuevas culturas.

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