¿Qué pasaría si en el mundo existiera más energía femenina? ¿Estaríamos ante una sociedad mejor? ¿Es necesario alejarnos de los valores patriarcales que imperan en el mundo actual?
En estos días asistía a un Congreso de la marca de alta cosmética y perfumería natural Alquimia, que me hizo reflexionar sobre la importancia que según Idili Lizcano, su fundador, tiene la energía femenina para la esperanza de la humanidad. Para entender lo que ocurre en el mundo y por qué la energía femenina es tan importante para salvarlo, hay que profundizar en las sociedades patriarcales y las matriarcales, además de entender los valores de la energía femenina y la masculina.
LA SOCIEDAD PATRIARCAL
El patriarcado es una forma de sociedad en la que el hombre, lo masculino, tiene la supremacía por el simple hecho de serlo y relega, de este modo, a la mujer, a lo femenino, a un segundo plano. Este tipo de sociedad no solo es discriminatoria con la mitad de su población, sino que está desaprovechando el valor que las mujeres pueden aportar a la comunidad.
Es cierto que en los últimos años se han logrado avances gracias al movimiento feminista que reivindica la igualdad formal entre hombres y mujeres, pero aún queda mucho por hacer. Tanto en occidente como en el resto de países del mundo, existen condiciones de vida para las mujeres que son lamentables y estas sufren distintos tipos de violencia.
Los roles de género son el conjunto de normas, deberes, prohibiciones, asignados a mujeres y hombres en un sociedad. La sociedad patriarcal asigna roles y estereotipos diferentes dependiendo si eres hombre o mujer. A lo largo de la historia, el patriarcado ha ubicado a las mujeres en una situación de subordinación respecto a los hombres, manteniendo a los hombres en los órganos de poder, preservando la situación de dependencia de las mujeres con respecto a los hombres. Los roles masculinos se asocian al ámbito público, poder, influencia y estatus. Los femeninos se relacionan al ámbito privado y doméstico.
“Lo privado vs lo público”
Los valores que siguen imperando el mundo son patriarcales. Estos valores son el centralismo, el poder, la violencia, las guerras, el egoísmo, la injusticia social, la destrucción y contaminación del planeta. Vivimos en un mundo excesivamente yang, donde impera lo masculino neurótico, hay un desequilibrio.
LA SOCIEDAD MATRIARCAL
El matriarcado es un tipo de sociedad o de modelo sociopolítico en el que las mujeres ejercen el rol central, como líderes políticos, autoridades morales, controladoras de la propiedad y tomadoras de decisiones y de la custodia de sus hijos.
Se cree que hace aproximadamente 1,5 millones de años, la sociedad humana fue matriarcal. Que las mujeres eran veneradas como sacerdotisas y honradas por su capacidad de tener hijos. Alrededor del 3.000 a.C. este liderazgo femenino terminó y la sociedad pasó a estar en dominio de los hombres. La causa de esto no fue un cambio en la ley ni una reorganización de la política, sino una reforma tecnológica en la producción de alimentos, es decir, la adopción del arado. Con la llegada del arado, la agricultura se convirtió en el trabajo de los hombres y, por lo tanto, pasaron a ser los que tomaban las grandes decisiones de producción.
La antropóloga y reconocida fotoperiodista Anna Boyé,ha dedicado parte de su carrera a buscar matriarcados de todo el mundo. Ha hecho documentales, exposiciones fotográficas y reportajes sobre estas comunidades, llegando a las siguientes conclusiones:
“Allí las mujeres son el pilar que estructura la sociedad. Mujeres que son reconocidas por su sabiduría, por la habilidad que muestran en la gestión de la economía, en el trabajo y en la organización de la sociedad y de la ley. Mujeres cuya autoridad es reconocida por todos. Mujeres que gobiernan sus vidas con la esencia de la equidad entre el hombre y la mujer, porque matriarcado no es lo contrario de patriarcado sino una manera más igualitaria de organizar la vida”.
Son sociedades donde importa más el ser que el tener. Tienen en común el respeto por la tierra, y el hecho de que el cuerpo de la mujer, vinculado al amor y la fecundidad, es muy importante. Son sociedades amorosas que velan por el bien del grupo, donde ella tiene una dignidad y profundidad que en occidente raras veces se ven.
CUALIDADES DE LA ENERGÍA MASCULINA Y LA ENERGÍA FEMENINA
El mundo que percibimos está regido por dos fuerzas en constante atracción. Si hablamos de Taoismo hablaremos de Yin y Yang, en el Tantrismo se habla de Shiva y Shakti, la energía masculina y femenina, la física habla de un polo positivo y uno negativo. Todos los seres somos una mezcla de estas dos fuerzas, todos tenemos las dos polaridades que rigen nuestra existencia.
Cuando hablamos de energía femenina y masculina, no tiene nada que ver con el sexo de la persona, si es hombre o mujer, ni tampoco si es heterosexual, homosexual…. porque todos tenemos ambas energías y aprender a conocerlas y observarlas como se manifiestan a través de nosotros nos va a aportar un mayor auto-conocimiento.
Las cualidades de la energía masculina (Shiva, Yang) son las siguientes:
-Dirección. Es directa, hay un foco, alineado con un propósito.
-Lineal. Se centra en una cosa y no se dispersa.
-Presencia. Impregna lo que hace con total atención, presencia, entrega y devoción.
Las cualidades de la energía femenina (Shakti, Yin) son las siguientes:
-Brillar. Tiene la función de aportar luz a todo lo que toca, brilla sin ningún esfuerzo. No tiene que hacer nada para mostrar la belleza, es de naturaleza pasiva.
-Amar. Su objetivo es dar y recibir amor, la función de la energía femenina es amar lo que es.
-Fluir. Se deja llevar, está en constante cambio.
-Receptividad. Está disponible para recibir.
Los dos energías masculina y femenina, Shiva y Shakty – yin y yang se complementan.