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¿Cómo hacer que los sueños sean más que los miedos?

Soy un cazasueños por el cual atraviesan ideas a lo largo del día. Algunas son propias: sí, se me ocurren a mí; y otras externas, cuando otra persona me resulta inspiradora. Unas ideas se quedan atrapadas en una extensa maraña, y otras simplemente se van. Tengo ilusión por las que se quedan enredadas y permanecen en mi cabeza, porque entonces toman color y forma en el mundo real. No genero una expectativa plena y ciega sobre ninguna. Asumo que toda decisión conlleva un riesgo, y no siempre saldrá en función de lo esperado. Sin riesgo no hay diversión, sin diversión la vida es muy aburrida, y yo quiero disfrutar como una niña. Sin ilusión dejas de vivir, para sobrevivir. Dejas de disfrutar, para soportar. Sin ilusión no avanzas junto con la vida, te quedas rezagada mientras ella avanza. La vida continúa hacia delante de la mano de los que te rodean, familiares y amigos. Visualiza lo recién mencionado, la vida avanza junto con los tuyos, y mientras tú corres detrás, rezagada, cansada, ahogada… No alcanzas a la vida. No puedes más.

Tomar decisiones, tener ilusión y soñar implica excitación, esperanza, deseo, predisposición, intensidad… suena muy apasionante. Pero también genera riesgo, dudas, ansiedad, inseguridad, miedo…. No se puede vivir satisfactoriamente si sometemos nuestras decisiones y, por tanto, nuestra vida, al miedo.

El miedo desaparece cuando lo atraviesas. Viviendo en primera persona, protagonista de tu historia, pasas a través del momento que tanto te aterra. Sólo en ese instante tomas consciencia de que no es para tanto, no hay consecuencias irreparables, todo se pasa. El recorrido es arduo y no es ninguna fiesta con buena música, en absoluto. Es importante conocer herramientas de apoyo en estas situaciones, como pueden ser el yoga, meditar o escribir. Cada maestrillo, con su librillo.

Durante este trayecto circense, como un equilibrista inexperto sentirás fuerte el miedo. Tantearás donde poner el pie, temblorosas e inestables tus pisadas, incluso resbalarás o apoyarás mal tu planta sobre la cuerda floja, puede que llegues a caerte y a pisar el suelo. Por suerte, no hay nada más bajo que el mismo suelo. Así que te levantarás para volver a probar y caminar sobre la cuerda. Los pasos serán más fuertes y decididos entonces; gracias a la previa experiencia estás ganando seguridad y autoestima. Quizás todavía haya tropezones en el camino, pero recularás tan rápido que no tendrás tiempo ni de dudar de ti misma. Si te mantienes constante, un día conseguirás echar a correr, incluso con los ojos cerrados. Ese día confía, alta y segura, dueña de tus pasos, responsable de tus decisiones y al mando, creerás en tu intuición. Eres equilibrista profesional de la cuerda de tu vida.

Últimamente, he tomado decisiones que me hacen sentir responsable sobre mi vida y la que deseo en el futuro. Desde hace dos años rondaba en mi cabeza asistir al Yoga Teacher Training en Rishikesh (India), para adquirir la titulación de instructora, y sobre todo ampliar mi conocimiento en yoga. Es una gran inversión en tiempo y dinero, pero sobre todo hay una gran implicación emocional, psicológica, física y espiritual.

Durante este periodo he adquirido la experiencia y la certeza que necesitaba para atreverme a dar el paso. Me lanzo a saltar del trampolín de Madrid hasta las aguas de India para sumergirme en las profundidades de su enseñanza. La altura es bastante grande así que asusta, y no veo el suelo del fondo oscuro. Jamás estuve al cien por cien segura de tomar esta decisión, ni de ninguna de las decisiones anteriores de mi vida. Jamás habrá completa garantía de las expectativas futuras que una tiene, ni de la recompensa que espera obtener. Pero hay una sensación interior, que sólo tú conoces y sabes interpretar, solo tú eres dueña de dicha certeza. La sensación exterior es el feedback de la gente que te rodea, aquellos que te aprecian. Dichas sensaciones, interna y externa, unidas te empujan hacia tu objetivo, te empujan en la dirección correcta. Es ese impulso, que está pintado de certeza, confianza, seguridad en ti misma y en lo que eres capaz de hacer; que te empodera. La sensación despierta tu fuerza, vives en sincronía, te impulsa a crecer y te hace caminar, incluso a correr de la mano de la vida, junto a ella; en lugar de quedarte atrás y dejarte llevar por la marea. Sigue la dirección de tu intuición, que te lleva con convicción hacia el sendero de tu vida plena y satisfactoria.

Andrea Loyola

Interprete, bailarina, instructora de yoga y estudiante de psicología.

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