Vacía se te nota rara, pero no fea.
Quiero confesarte que, bien a gusto, me recorrería ahora mismo el paseo del Prado, la calle Huertas, la Plaza Santa Ana o desde Moncloa toda la calle Princesa.
Hay personas que les causa tristeza la soledad de tus calles, pero hace unos meses les causaba estrés tanto movimiento. Que llegase el fin de semana era la excusa perfecta para alejarse de tanto ruido pero pronto se extrañaba tu esencia.
“Ya me fui una vez y cuando volví, sentí que no había pasado el tiempo”
Tú eres bonita siempre pero eso sólo lo sabe quién así lo siente. Eres amable, cobijo de muchos caminantes, eres generosa, no dejas indiferente a nadie, eres bondadosa, para algunos de Madrid al cielo y para otros un enlace.
El día que menos imagina un corazón ya formas parte de él, del mío hace ya años, quién me lo iba a decir después del disgusto que me llevé cuando me dijo mi madre: “Cambiamos destino, nos vamos a Madrid”.
Ya me fui una vez y cuando volví, sentí que no había pasado el tiempo, no habías cambiado y me abriste tus puertas de nuevo. Por eso sé, que si algún día acaba mi etapa aquí: seré un poco de ti, seré un poco de Madrid.
¡Te quiero Madrid!
No siempre ha sido fácil, pero este camino está siendo muy bonito.
Simplemente precioso mi niña.