Mi sobrina está haciendo dieta. Ella cumplió 9 años en enero. Es difícil hacer dieta para nosotros como adultos, por eso me pongo en su lugar y me pregunto: ¿Cómo es posible que no nos diéramos cuenta de que estaba subiendo de peso? Claro, puede que las señales estuvieran ahí, pero invisibles para nuestros ojos. Desde pequeña ella tenía un apetito feroz, y cuando digo feroz me refiero a que no dejaba nada en el plato, ni un grano, como si el plato hubiera estado siempre limpio. Su hermano que es dos años mayor, en muchas ocasiones dejaba comida, en cambio ella se terminaba todo y arrasaba con la comida que dejaba su hermano. Nosotros en la familia solo decíamos en coro medio pendejo “aaaawwww, qué linda se ve comiendo” sin saber que esa podía ser una señal que, sin control, acabaría con lo que ahora tiene, sobrepeso infantil.
“¿Cómo es posible que a una niña de 9 años le tocara hacer dieta, comer menos, comer con restricciones?”
No es que comiera más dulces que su hermano, no es que le dieran más comida a propósito, sabíamos que terminaba de comer después de lamer el plato. No sé dónde lo aprendió, es más, mi mamá nos contó que mi sobrina cierra sus ojos cada vez que prueba algo nuevo, como si así, los sabores fueran más intensos. Yo la vi haciendo una vez eso, y me dije: “¡Pero queeee liiiindaaaaaa!”, casi me deshago de ternura como azúcar en agua solo con verla. En efecto, ella cerraba sus ojos y comía despacio, lento para que los sabores recorran todo su paladar. ¿Cómo es posible que a una niña de 9 años le tocara hacer dieta, comer menos, comer con restricciones?
El proceso con mi sobrino fue de la manera siguiente: se empezó a cambiar todas las cosas que le compraban para su lunch, todo debía ser menos dulce, menos grasa, más sanas. Otras de las cosas fue que ella no coma más que su porción y en la tarde debía comer más frutas y beber más agua todo el día. No puede tomar jugos, debe comer menos arroz y todo con menos sal. Evitar colas, caramelos, chocolates, todo lo que un niño le fascina. Lo bueno de esto es que mi sobrina colabora. La doctora le dijo que debe comer sano, entonces no solo ella empezó a hacer dieta en la casa, sino todos. Que la familia colabore también es un punto muy importante para que la niña continúe en su dieta.
“Ahora mi sobrina lleva más de un mes en dieta, está bajando y está feliz”
El hecho de que mi sobrina cerrara los ojos al comer, fue un tema de conversación que comentaba con algunos de mis amigos, una vez le comenté a dos amigas, una de ellas es nutricionista, la que me contó que ella también diagnosticó a una niña con sobrepeso, pero que, en una de las citas, la mamá de la niña le exigía a la nutricionista que le haga entender a su hija que quien tenía la dieta era su hija y no su mamá. Mi amiga le dijo que todos en la familia debe ayudarla y si ella no come dulce lo mejor es que ella (la mamá) tampoco, y que la próxima vez que venga y no haya bajado de peso, que no pensaba atenderla, ya que en las últimas citas la niña no presentaba una mejoría. Mi amiga me cuenta que después de esa cita, nunca más volvieron.
Mi otra amiga me dijo que ella ve esos cuadros familiares en todas partes. Ella es madre de una niña de un año, nos contó que una vez, mientras hacía compras en el supermercado ella vio a toda una familia con sobrepeso, la mamá, el papá el hijo mayor y el hijo menor. En una de esas el menor le pide un poco de cola que estaba tomando la mamá, ella le dice que no, que él está haciendo dieta, el niño se pone muy triste, pero en un momento de descuido el padre le ofrece un poco de cola a escondidas de la madre, el niño se siente feliz y la vida continua. Es así me dice mi amiga, es un circulo literal, de vicio. Ahora mi sobrina lleva más de un mes en dieta, está bajando y está feliz. Claro, todo gracias a la ayuda de la familia, ella repite que no come menos, sino que come sano.
“Según la OMS, si se mantienen las tendencias actuales, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para 2025”
Yo creo que se debe romper la idea concebida que hacer dieta es un proceso duro y difícil, creo que más que esforzarse en dietas, comer menos, hacer más ejercicio, se deba pensar en comer sano. Lo demás puedes aplicarlo, pero que no sea una tortura, comer sano ayuda mucho. Busca información confiable y prueba los métodos más saludables. Mi sobrina de 9 años lo está haciendo y ese es el mejor ejemplo que puedo mostrar.