“Parece que tiene que suceder algo muy fuerte para que podamos parar”
Y parar esta vez significa verte privado de libertad, algo que habitualmente no nos cuestionamos o, al menos yo, nunca me había planteado algo que todos damos por hecho.
Pertenezco al grupo de las agradecidas, cada día agradezco, agradezco infinitas cosas, pero nunca había agradecido la libertad, la libertad la doy por hecho.
Así que, como no hay mal que por bien no venga, momentos como este te dan la oportunidad de valorar algo tan preciado y tan poco agradecido como es la libertad en letras mayúsculas y de todas las maneras.
Libertad de ir a donde quieras, de compartir tiempo con quien quieres, de hacer y estar donde quieras, de disfrutar de la vida en general, libertad incluso para ir al trabajo… ¡libertad!
Todas las mañanas agradezco la suerte de estar viva, de estar sana y de millones de cosas más que suceden en mi vida y son un regalo. Y ojo que ¡agradezco todas!, las buenas y las no tan buenas, o mejor dicho las que no salen como tú quieres, pues estas son indiscutiblemente un regalo aún mayor, gracias al gran aprendizaje que traen y desde luego a un crecimiento como ser humano indiscutible.
“Os propongo el simple ejercicio de agradecer cada día, de aquí en adelante, todas las cosas buenas que os pasan diariamente”
Así que aprovecho para compartir esto con vosotros, que en estos días donde todos estamos sintiendo algo raro, que es esa privación de libertad, aprovechemos a mirarnos nosotros, a mirar profundo y encontrarnos con nosotros mismos. El reto no es fácil, lo sé, porque lo hago casi cada día, y sé DESCUBRIRNOS cuesta porque da miedo, y porque entre luces también encontramos sombras, las nuestras y las del “sistema” o forma de vida, en el que nos hemos metido a veces sin querer, o lo peor de todo, sin querernos.
Aprovechemos para dar las gracias. Y aquí va otro reto, pero este es fácil. Os propongo el simple ejercicio de agradecer cada día, de aquí en adelante, todas las cosas buenas que os pasan diariamente, el primero igual no encuentras muchas, pero si convertís este ejercicio en una práctica, veréis como llega el día en el que la cantidad de cosas que podemos agradecer es interminable.
Os aseguro que también veréis también como cambian cosas en vuestra vida, simplemente aprendiendo a valorar el gran regalo de estar vivos, y que en estos momentos podemos apreciarlo incluso más. Siempre digo que la vida es mágica, pero que esa magia sólo existe para quienes creen en ella.
“Cada uno de nosotros sumamos para ese todo”
Aprovecho también a compartir que, junto a este momento de agradecimiento creo que también se abre la oportunidad de tomar conciencia social, de que TODOS SOMOS UNO, y que las mejores cosas y los mayores logros se consiguen desde esa unidad, de caminar juntos con los mismos objetivos, como un gran equipo. Pues es también de agradecer, que la vida nos está pidiendo a gritos esa unidad, poniendo de manifiesto claramente que vamos todos en el mismo barco y que si no remamos en la misma dirección como humanidad vamos a la deriva. Que cada uno de nosotros sumamos para ese todo y que siempre podemos aportar nuestro granito unidos para un bien mayor, que no es otro que el de ¡TODOS!
Todos a una! Y agradeciendo lo que a una le pone la vida delante, entre otras cosas, conocerte y tenerte en la mía.