Esa es la pregunta que se repite, y comparto con muchas, desde que acabamos el colegio y hasta hoy, 20 años después, que regreso de mi proyecto de cooperación en África, creándome la misma estupefacción que entonces.
Y después la historia se repite como tras una Selectividad/Evau constante: con posgrados, trabajos, ahorros, parejas, viajes, experiencias vitales, maternidad, jubilación … Y después de… ¿qué vas hacer?
Y señoras hoy me digo, y ¿si no quiero/queremos hacer nada más? Si la meta está en el momento de la acción, en el aquí y ahora, y no es hacer más, porque es ¡SER!
Basta ya de sólo dedicarse a una profesión en la vida que debes elegir a los 18 años, o de saber el siguiente empleo tras un trabajo que no te gusta, de tener una línea trazada de pasos tras una separación, de tener que hacer casi un blog tras un viaje o demostrar y cambiar el mundo tras vivir en países en vía de desarrollo, de ser psicopedagoga superwoman tras ser madre, o saber qué hacer si no lo eres (como si hubiera que ser algo a cambio de esa roll impuesto), si tras la jubilación elegir entre montaña o playa…
Basta ya de la presión del Trivial de la vida y sólo seamos. ¿Qué que quiero ser de “mayor”? Ser una persona “feliz”, satisfecha con mi vida. Las siguientes preguntas se nos contestaran así solas, sanas, con acompañamiento o no, rompiendo más o menos guión establecido, pero a nuestro ritmo de partida iremos a las siguientes casillas, las únicas jugadoras de nuestra vida, nosotras.