En muchas ocasiones cuando intentamos resolver un conflicto a través de la comunicación observamos que esta no nos está ayudando y hasta puede parecer que está empeorando la situación, ¿por qué ocurre esto?
La comunicación no es un proceso fácil de llevar, y menos si estamos con varias emociones más o menos intensas en nuestro interior (algo habitual en nuestro día a día), es necesario un proceso de aprendizaje de comunicación con el otro y aprender a identificar desde qué punto y cuál es el objetivo de estar comunicándonos con la otra persona.
Existen varias razones por las que la comunicación puede fallar en nuestras relaciones afectivas, una de las posibles razones como hemos adelantado anteriormente es que las personas que se están comunicando tengan diferentes objetivos; para que se pueda llevar a cabo una comunicación sana y fructífera es necesario situarnos en el punto de exploración, es decir, preguntar y responder ante el otro con la única finalidad de ser emisores y receptores de información (dónde, cómo, cuándo, por qué, etc.) que nos permita una buena resolución del conflicto interpersonal, el problema surge cuando una de las partes o ambas tienen como objetivo convencer al otro de algo o reafirmar algo, en este caso es cuando puede no sólo mejorar la situación sino hacer mayor el problema, cuando intentamos en la comunicación convencer al otro de algo podemos generar en este actitudes defensivas que empeoren el diálogo, además de que en muchos casos no podemos creernos con el derecho de hacer eso, no podemos considerar que nosotros estamos en lo cierto y el otro no porque muy pocas veces las cosas son blanco/negro, debemos colaborar en crear una esfera en la que puedan existir pensamientos y opiniones contrarias y que eso no desemboque en la existencia de un problema entre ambos individuos, recordemos que el objetivo por el cual nos estamos comunicando no es para quedar por encima del otro, sino para poder llegar a un punto intermedio o resolver algún posible conflicto que haya surgido.
Otras veces no es tanto convencer lo que queremos sino reafirmación emocional, este caso se suele ver más en un ámbito sentimental aunque puede aparecer en cualquier contexto, en este punto una de las partes, o ambas, desean que el otro les repita los sentimientos que tiene por la otra persona o que les confirmen que el afecto entre ambos existe y es real, es decir que no se han producido cambios en el vínculo, muchas veces esta necesidad de reafirmación emocional puede estar escondiendo cierta relación de dependencia o cierta necesidad de seguridad que por mucho que la busquemos en el otro debemos encontrarla antes en nosotros.
En las relaciones no monógamas y en el acuerdo de las normas o límites del vínculo suele también darse a veces esta solicitud de reafirmación emocional que dificulta la comunicación, es importante por eso (y como siempre) identificar en primer lugar donde nos encontramos nosotros, si observamos que estamos intentando a menudo al comunicarnos convencer al otro de nuestra postura debemos pararnos a reflexionar por qué actuamos de esa manera y los miedos que nos nacen al plantearnos posibilidades de estar equivocados, ceder en nuestra postura o escuchar tan sólo al otro; y en el caso de que estemos solicitando una reafirmación emocional por parte de la otra persona debemos explorar un poco desde donde nace esa necesidad o cuales son las causas que nos están generando inseguridad y por las cuales necesitamos esa reafirmación de su afecto hacia nosotros, es importante identificar bien si esas causas proceden de la otra persona ante diversas conductas o actitudes suyas o vienen desde nosotros mismos debido a nuestro autoconcepto o visión propia del vínculo, sólo así podremos alcanzar una mayor consciencia de nosotros mismos y de nuestro rol o forma de ser dentro del vínculo para poder comunicarnos mejor y de manera más fructífera al haber cambiado estos objetivos por el único y exclusivo de explorar, de conocer la realidad y postura del otro y de poder así acercamos más a la otra persona en vez de provocar lo contrario.
Aprender a transmitir a la otra persona si lo que queremos conseguir con la comunicación es información o reafirmación es una lección necesaria e inevitable para ser capaces, dentro de la complejidad de los vínculos interpersonales, de crear y mantener relaciones afectivas satisfactorias.
