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Si no quieres pelos te compras una muñeca y dejas de molestar

Fotógrafa: Andrea Huerta

Hola, hoy estoy aquí para revelaros una información que para alguno puede ser muy heavy de primeras al no esperárselo y ni imaginárselo, pese a habéroslo intentado mostrar en infinidad de ocasiones a través de diversas formas, pero muchos de vosotros (que no todos) siempre habéis rechazado su existencias a través de frases como: “deberías cuidarte”, “deberías ser más limpia”, obligándonos así a tener cierta valentía o nivel de empoderamiento suficiente para que vuestras opiniones (que, como siempre, no habíamos pedido) nos den completamente igual.

Bien, pues antes de soltar la bomba quiero añadir que no me hago cargo de las consecuencias psicológicas que esta información os provoque ni de las que se puedan dar en el proceso que empezáis hoy mismo de aceptación o, al menos, de respeto, respeto que deberéis emplear para no volver a soltar ninguno de vuestros pensamientos tan cavernícolas acerca de este tema, ¿está entendido?

Genial, pues allá va.

LAS MUJERES TENEMOS VELLO EN MUCHAS PARTES EN LAS QUE VOSOTROS TAMBIÉN TENÉIS, Y SU EXISTENCIA O DEPILACIÓN ES UNA DECISIÓN ÚNICAMENTE NUESTRA.

¡Sorpresa!

Sí amiguis sí, tenemos pelo en las piernas, en los dedos de nuestros pies, en nuestros brazos, en nuestras axilas, alrededor de nuestros pezones y nuestros genitales, y en algunas partes de nuestro rostro, y repito: tenemos pelo, que no es sinónimo de mierda, ni de suciedad ni de falta de limpieza y, es más, ¿quiénes os creéis vosotros para creeros con el derecho de opinar sobre si nos deberíamos depilar o no?, no quiero ofender, pero si tanto os gusta eso de la depilación depilaros vosotros, que menuda mata de pelo se ve por debajo de vuestra camiseta, fácil y sencillo.

 Pero nosotras hacemos con NUESTRO CUERPO lo que nosotras queramos, no depilarse es una opción tan válida y aceptable como sí hacerlo.

Voy a contar algunas cosillas que creo que nunca he contado a nadie, pero la escritura me parece un método fácil y bonito de ser valiente.

Yo la primera vez que me depilé fue en 3ºESO, fue un día de verano en el cual llevaba pantalones cortos y sí, en mis piernas era fácilmente observable el vello oscuro y abundante, pero ni siquiera me había parado en ello ya que todavía no existía en mí ni siquiera el debate (que no debería existir) de si ese vello debía estar ahí visible o debería haberlo eliminado de raíz, pero esto cambió cuando dos personas con las que compartía la clase dijeron con tono burlesco entre risas:

-“Tienes mucho pelo en las piernas”. 

Si escuchara ese comentario hacia mí ahora mi respuesta sería tipo: “vosotros también”, pero en aquel entonces ese comentario era el horror y yo me sentía más indefensa, más pequeña, más vulnerable… por lo que me quedé en silencio y al día siguiente aniquilé hasta el último pelo visible en mis piernas.

Un tiempo después (después de varios meses muy atenta a cualquier acto de presencia de vello en mis piernas) lo pensé, ¿en qué momento había pasado de ser algo neutro a negativo?, si no te gusta no lo mires, así de fácil, pero es mi cuerpo, un cuerpo real, con su vello real, sus marcas reales, sus granos reales, su peso real, sus estrías reales, todo esto que observo delante del espejo desnuda es real y me da igual lo que piensen ahí fuera, a mí me parece precioso de vez en cuando verme así y saber apreciar la belleza existente en mí que me intentaron esconder y que el feminismo me mostró.

“A mí me gustan las mujeres”, muy bien campeón, hasta ahí nada malo, sigue hablando.

“Pero la verdad prefiero que controlen un poco el peso, que estén depiladas, que se maquillen un poco, que tengan un pecho ni muy grande ni muy pequeño, que no tengan demasiados granos…”

Spoiler: A ti no te gustan las mujeres, te gusta una imagen irreal de las mujeres ofrecida por el porno heteropatriarcal en donde tú eres lo más importante y la mujer un mero objeto sexual que debe cumplir todas tus expectativas visuales y físicas, ¿no?

Si quieres una mujer 90-60-90, completamente depilada y que cumpla todas las expectativas que te han hecho creer que debemos cumplir te compras una muñeca y así al menos estás entretenido durante un rato y dejas de soltar tu opinión acerca de temas que no te incumben.

Y a cualquier mujer que esté leyendo esto y que se haya sentido identificada en cualquier parte de este escrito, recuerda, TÚ CUERPO, TÚ DECIDES.

Te lo he dicho en otras ocasiones y no me importa volver a repetírtelo, eres real; tus granos, tu vello, tu peso y toda tú eres real, puedes bailar, respirar, saltar, puedes hacer infinidad de cosas…

No hay nada más bello que lo que es real, que no te intenten hacer creer lo contrario.

Laura Lis Rodríguez

Psicóloga, feminista y soñadora. La inclusividad es la base del cambio.

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