Cuando llego a casa está él, sentado en el sofá. Ojos vigilantes. Ojos abiertos, intensos, violentos. Tiene los ojos rojos, o así se los veo yo, todo él es rojo y tiene fuego en la sangre. Me mira, me observa, me grita. Me dice que se me ven las bragas y que voy borracha. -¿De…
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