Y sí, todo empezó sin querer, sin buscar, sin saber, desde un no puedo, un no quiero, desde el miedo más rotundo y absoluto, pero hubo una frase que lo cambió todo: ¿Sanamos juntos?
Ahí comenzó esta historia, sin expectativas, sin exigencias, siendo tú, siendo yo y siendo nuestro, creo que el amor puede con todo, que está por encima de cualquier cosa e incluso estuvo por encima de ambos, a pesar de todas esas mochilas que llevamos en nuestras espaldas. Y todo comenzó por un querido ‘X’ y continuó por una querida ‘H’, contándonos todo, y cuando digo todo, me refiero a ese tipo de cosas íntimas que solo contarías a personas que llevan mucho tiempo en tu vida y que de repente te ves contándole prácticamente a un “desconocido”, a un bonito y bello “desconocido”, acompañado de risas, bromas e insultos, así durante unas tres largas semanas.
“Dos personas sin ser nada más que eso, personas, dañadas pero bonitas, decidieron SER en el más amplio sentido de la palabra”
Hasta que llegó esa noche, esa primera noche, donde pusimos piel a todo esto, donde conversamos tirados en el suelo hasta largas horas de la madrugada, donde una magia invadió aquella habitación y donde dos personas sin ser nada más que eso, personas, dañadas pero bonitas, decidieron SER en el más amplio sentido de la palabra. Todo siguió adelante, con esas cositas que nos hacen dudar, que nos hacen incluso querer salir corriendo en más de una ocasión, porque sentimos y pensamos que es mejor estar solos, en tu guarida, seguros, sin que nadie nos haga sentir. Si no sentimos estamos seguros de que no nos dañen, de que no nos mientan, de que no nos decepcionen, de que no nos desilusionen, pero señores, también nos arriesgamos a que no nos quieran, que alguien me rebata y me diga que sin amar estaré mejor, sin un te quiero, sin un buenos días, sin un buenas noches, sin un me gustaría verte, sin un ¿dormimos juntos hoy?
“Abro mis piernas, tengo miedo, me bloqueo y escucho un “tranquila, todo saldrá bien” “
¿Cómo traducir en palabras cuando todo eso que sientes pasa a la piel? Me tocas y mi mundo cambia, me miras, me pones tus manos en mi espalda, en mis pechos, y yo, yo cierro los ojos y me estremezco. Mi corazón va a mil por horas, me voy quitando la ropa y suelto mi primer gemido, y tú, tu me susurras al oído, mientras tu boca se funde con la mía, cómo me besas, cómo te beso y cómo nos besamos, tu lengua, tu olor, tu rostro… abro mis piernas, tengo miedo, me bloqueo y escucho un “tranquila, todo saldrá bien”. Me dejo llevar, y me vuelves a tocar, despacio, suave, tierno, bonito y cuando creía que no se podía estar más mental, física y psicológicamente excitada, noto cómo entras dentro de mi, suave y fuerte a la vez y me miras y te miro y follamos sin parar. Luego hacemos el amor y volvemos a follar, así una y otra y otra vez, y al final río de felicidad y hago preguntas y pido un helado…….helado de turrón, me llamas rara. Bailo por que has conseguido que llegue a millones de orgasmos, a millones de estrellas, a millones de sentimientos enterrados, a esos que solo podía sacar yo, pero que solo tú has logrado que salieran.
“Deseo que tengáis mis noches de sexo y helado, deseo que améis, que os amen”
Y ahora vivo así, con noches de sexo y helado, con días, llenos de te valoro, te respeto, te admiro y te quiero, que vivan esas noches de sexo y helado. Deseo que quien esté leyendo esto, sea capaz de ver sentir, y tener la capacidad de que todo merecemos este tipo de “relaciones”, deseo que tengáis mis noches de sexo y helado, deseo que améis, que os amen, que os llenéis de “sí puedo”, “sí quiero” y “sí valgo”, no sabemos lo que nos va a deparar la vida, pero cuando algo se cruza en tu camino seguramente sea un regalo, cogedlo, es para vosotros para que disfrutéis, para que riáis, mucho, fuerte y alto.
Vengo de la oscuridad más absoluta, de la infravaloración de mi misma, y del dejar que otros hagan conmigo cosas que no voy a mencionar. Ahora me quiero, me valoro y me respeto y justo cuando lo hago aparece esa persona que ve lo mismo que yo veo en mí, así que creed, creed en cosas bonitas porque al final aparecen y os hacen sentir únicas/os y especiales. El tiempo es el único regalo que no se puede devolver, así que pensad, a quien se lo vais a regalar, y quien os lo está regalando, el mejor amor del mundo es quien os deja ser quien sois, sin exigencias, sin pedir permisos absurdos.
“Prometedme que tendréis mil y una noche de sexo y helado, que amaréis siendo”
Este artículo no va de sexo ni de helados, va de lo que implica amar y ser amados, va de que esto es un viaje y si vais a hacerlo acompañados lo hagáis con alguien que realmente sepa quién sois y os lo haga sentir, prometédmelo… prometedme que tendréis mil y una noche de sexo y helado, que amaréis siendo, y me despido dedicando estas palabras a mi “persona favorita” diciendo te quiero tal y cómo eres, por dejar que sea yo y por que me haces soñar despierta.