El 2020 ha sido un año que todos recordaremos. Un año que nos ha enseñado que la vida es imprevisible y que hay cosas que no tenemos bajo control. Algunos lo describirán como un año malo porque ha generado una mutación en sus planes y su estilo de vida, y otros lo verán como una oportunidad para aprender y hacernos más fuertes.
De poco sirve quejarse, todo lo que la vida nos regala ya sea bueno o malo es una oportunidad para crecer. Todo lo que nace muere y aprender a lidiar con el verbo morir es una de las grandes lecciones que nos ha enseñado el 2020. Y no solo hablo de la muerte física, hablo de la muerte de un estilo de vida. Una renovación de la naturaleza, un despertar de la conciencia, profundizar y cuestionarnos todo aquello que teníamos arraigado. Preguntarnos absolutamente todo y romper con viejas estructuras que necesitan renovación para la evolución de nuestra existencia.
Quiero terminar el año dedicando unos renglones de agradecimiento a todos aquellos que han demostrado unión en momentos de caos.
Este año me quito el sombrero…
Ante los sanitarios, que arriesgan su vida para curar a los enfermos.
Ante los que se quedaron sin empleo, pero decidieron prestarse como voluntarios para ayudar a los más necesitados.
Ante los científicos, que dedicaron largas horas para dar con una vacuna que nos proteja a todos.
Ante los niños, que nos enseñan que los cambios se afrontan con optimismo.
Ante los maestros ,por demostrar que se puede enseñar desde cualquier parte del mundo.
Ante los artistas, que potencian su creatividad para plasmar la realidad con su magia.
Ante los padres, que por fin tuvieron tiempo para sentarse en el suelo a jugar con sus hijos.
Ante los abuelos, que aprendieron a dar abrazos virtuales.
Ante la humanidad, que ha demostrado que con amor y la solidaridad se puede vencer cualquier obstáculo.
Aprendamos a disfrutar lo que queda de año valorando un simple paseo, una tarde de pelis, escribir, devorar un buen libro o un “te echo de menos” de Whastapp. Si estás leyendo esto, es que estás con vida. Así que disfruta de lo que tienes, es mucho más de lo que imaginas…
Artículo lleno de sensibilidad y profundidad para aprender a comerse la vida como solo tú sabes hacer