Aristóteles decía que: “Es el mejor de todos el que por sí solo comprende todas las cosas; es noble, asimismo, el que obedece al que aconseja bien; pero el que ni comprende por sí mismo ni lo que escucha a otro retiene en su mente, ese es un hombre inútil”.
La prudencia probablemente sea la mayor contribución para despejar el camino del razonamiento, para qu todo profesional e impartidor de justicia, dispongan de un elemento que va más allá de una mera técnica legislativa o labor interpretativa. Es por ello que el estudio dela ética como ciencia debe ser entendida como anterior y superior al derecho, y dejar en claro la necesidad de formar profesionales del derecho a las luz de dicha ciencia .ambas ciencias derecho y ética, nunca se contrapondrán ya que su punto medular siempre será la persona humana, y la adecuada observancia de ambas y su correcta aplicación siempre caerá en detrimento de la raza humana.
Por ende la valoración de las conductas humanas supondrán siempre una reflexión de carácter ético, y en la adecuada interpretación de los hechos se concretara un “juicio prudente”, apegado a la manera más correcta de ejercer una labor.
A través de la historia, la concepción que se tenía y tiene de la ética ha sido inseparable del hecho de entender la definición de persona humana, el entender del ser persona, aunado a esto imposible separar también ética-derecho.
En la actualidad todo lo que por años ha sido motivo de estudio, obras y filosofía, tiene una influencia activa en la tarea de los juzgadores y en si e todos aquellos que tienen la responsabilidad de hacer y aplicar el derecho.
A todo esto la Doctora María del Carmen Platas en una de sus reflexiones dice que: “por esta razón la prudencia se considera madre y moderadora de todas las demás virtudes”. El juez sólo es justo, y lo son sus sentencias, en la medida en que ejerza sus funciones bajo la luz de la prudencia.