“Cambia de opinión, mantén tus principios; cambia tus hojas, mantén intacta tus raíces.”
Victor Hugo
El ascenso a los desafíos más que hablar de cumplir retos, es una cuestión de adaptabilidad al cambio, cuando hablo de cambio quiero dejar en claro que es éste el verdadero desafío para los seres humanos, de ahí se derivan todos los miedos que manifestamos en todos los ámbitos de nuestras vidas y es esa incapacidad para entender que la vida es una constante evolución. Ya que estamos acostumbrados a vivir de rutinas, en zonas de confort o vivir simplemente con aquellos que nos hacen la vida más fácil.
No nos hemos dado cuenta que el cambio más significativo que ha tenido lugar en las últimas cinco décadas no es ninguna política en particular, ninguna tecnología en concreto ni ningún desarrollo económico, por muy drástica que haya sido la evolución en esos ámbitos. El cambio más importante se ha dado en su VELOCIDAD, en el hecho de que los cambios cada vez se producen con más rapidez y de que ahora debemos reconocer y adaptar esa turbulencia-no digamos caos- como algo normal.
Mi escritor favorito decía que “el amanecer es siempre una esperanza para el hombre”, pero nadie dijo que en cada esperanza junto con cada amanecer vendrían puros resplandores, con cada día viene un desafío y tal parece que los seres humanos no hemos aprendido que cuando se respeta la resistencia es mucho más fácil combatirla que cuando simplemente intentamos luchar contra ella. Por eso las claves para el desarrollo personal son cuestiones de inteligencia emocional, factor que va unido con el conocimiento teórico. Es cada vez más importante que los seres humanos nos aferremos a principios y valores, porque estos serán siempre veladoras en el camino, veladoras que nos guiarán en esta vorágine de cambios, la crisis y el ascenso a los desafíos se da porque la modernidad a traído consigo lo desechable y lo superficial, busca lo espiritual, busca lo perenne y sobre todo se siempre fiel a ti mismo y a todo sentimiento que sea de bondad y calma y recuerda:
– Si no podemos gestionarnos a nosotros mismos, no estamos preparados para gestionar a los demás.
– Si no somos conscientes de nuestros propios sentimientos y emociones, no podremos ser conscientes de los sentimientos y emociones de los demás.
– Si no tenemos disciplina para mantenernos centrados en la tarea, no seremos capaces de inspirar esa actitud en los demás.
– Si no podemos mantenernos firmes ante la adversidad, no lograremos mantener la esperanza y el coraje en aquellos que nos ven como líderes.
– Si somos cínicos respecto a nosotros mismos, seremos cínicos respecto a los demás e inspiraremos cinismo en ellos.
– Si no practicamos la autorresponsabilidad, no podemos enseñarla.
– Si no ejemplificamos la integridad, no podemos inspirarla en los demás.