Me dejaste sin voz, cuando mi corazón gritaba
Me dejaste inmóvil, sin atender a razones.
Y olvidaste que a una mujer, ni se la calla ni se la somete
Por eso ignoro tus consejos bailando con el olvido
Me lanzo a lo que quiero, en silencio, de puntillas
No sea que tu envidia, eclipse mi bondad…