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Violencia de género en tiempos de cuarentena

Fuente: Imani Bahati/Unsplash

La violencia de género es uno de los problemas que por desgracia sigue afectando a varias mujeres en todo el mundo. Estamos en un tiempo de cambio, donde  sufrimos una crisis sanitaria y tenemos que lidiar contra el Covid19, lo que conlleva tener que estar en casa para luchar contra la pandemia pero un peligro que atenta a todas aquellas mujeres que conviven en hogares con sus agresores. 

“Algunos de los factores de riesgo de cara a sufrir violencia podrían ser haber vivido situaciones de violencia de género en el pasado o en familia de origen”

En las noticias se habla de un aumento de las denuncias de mujeres que sufren violencia de género pero no de muertes. Un dato que me alarmó desde el primer momento y que por lo tanto quise tratar con Marta Calderón, psicóloga especializada en el trabajo con mujeres que han sufrido distintas violencias de género y que actualmente trabaja en Madrid en un recurso público de la red de Igualdad, en el que acompaña a mujeres que sienten algún tipo de malestar derivado de las desigualdades de género.

Lo primero que quise preguntarle es la causa o el origen que genera la violencia de género, a lo que ella me respondió que realmente no existe una sola causa sino muchas, pero que existe un componente social, educativo y cultural muy importante; ya que la violencia de género contra las mujeres es estructural. Tampoco hay un perfil en agresores o víctimas, pero en el caso de las mujeres, algunos de los factores de riesgo de cara a sufrir violencia podrían ser haber vivido situaciones de violencia de género en el pasado o en familia de origen, interiorización del machismo e ideales del amor romántico, situaciones de dependencia etc.

“Nada justifica el hecho de ejercer violencia contra otra persona”

Si se trata de los hombres, alguno de los factores de riesgo de cara a ser agresores podrían ser haber vivido situaciones de violencia en el pasado o en familia de origen, pensamientos distorsionados sobre las mujeres, dificultad para comprender los sentimientos de los demás, falta en el control de impulsos, problemas de agresividad, ira, negación, victimización… No obstante, nada justifica el hecho de ejercer violencia contra otra persona. 

Cualquier mujer independientemente de su raza, edad o posición social puede verse en una relación de violencia, sintiéndose cada vez más pequeña, insegura, vulnerable y llegando a dudar de sí misma. Eso es lo que contesta a la mítica pregunta que se pueden hacer personas cercanas a la víctima “¿por qué no le deja?”. 

Tras el confinamiento, se ha contado con una amplia red de medios de atención multidisciplinar ambulatorios y diferentes recursos de alojamiento tanto de emergencia como de larga estancia para estas mujeres. También se han fortalecido los recursos de atención telefónicos, se ha implementado la posibilidad del contacto a través de Whatsapp y se ha realizado una campaña de acompañamiento importante. A pesar de este esfuerzo, Marta se ha encontrado otras situaciones. 

Una especie de “pausa” en los procesos, asumiendo la situación y volviendo a una posición de mayor sumisión con el fin de evitar enfrentamientos, y así intentar protegerse de sufrir una agresión de cualquier tipo.

“No tenemos por qué agarrarnos a lo que hemos mamado desde la infancia, podemos cambiarlo y mejorarlo”

Esto podría correlacionar con la disminución de asesinatos debido a un mayor intento de las mujeres de evitar conflictos por el miedo a sufrir agresiones en la situación de confinamiento. La sensación de “parada del mundo” y otras dificultades añadidas a la situación actual (económica, laboral, familiar…etc) ha hecho que tanto víctimas como agresores no actúen de la misma manera y esto frene la escalada de violencia, evitando llegar a su máxima expresión en forma de asesinato. Aún así es pronto para sacar conclusiones.

Revisar nuestras creencias hacia el otro sexo y evaluar nuestros comportamientos dentro de las relaciones. Tener la valentía de cuestionarse y reaprender, volviendo a construir si es necesario; son grandes consejos que da Marta tanto a hombres y mujeres para evitar las relaciones tóxicas o violentas.  Para aquellas mujeres que han sufrido cualquier agresión es importante no perder el contacto social y familiar y permitirse hablar de lo que está pasando sin miedo a sentirse juzgadas. No tenemos por qué agarrarnos a lo que hemos mamado desde la infancia, podemos cambiarlo y mejorarlo. Así es como avanzan las sociedades a lo largo de la historia.  

A través de la experiencia de mi amiga he conocido un poquito más su enorme labor y gran profesionalidad como psicóloga y humana, así como  la importancia de querernos, expresarnos y  no callarnos. El amor no es sumisión y perder el amor hacia una misma para encadenarse a relaciones tóxicas es un error que muchas personas cometen.

Existe un amor eterno, se llama amor propio, no lo descuides porque es el único que nace y muere contigo. 

Macarena Arnás

Escritora y psicografóloga. Inquieta e inconformista por naturaleza.

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