Hablar sobre el empoderamiento femenino puede parecer fácil. Hay mucho de qué hablar sobre el lugar que las mujeres ocupamos en el mundo, pero cuando me propusieron escribir un artículo en el que el tema principal fueran las mujeres, aunque tenía claro que iba a hablar sobre el empoderamiento de la mujer, me quedé en blanco. He leído mucho sobre el tema, pero me resulta muy difícil plasmar en un papel todo lo que tenía en mi cabeza.
Quizá hay tanto que decir que no sabía por dónde empezar, ni como resumir en un artículo cosas que llevo viviendo, sintiendo e incluso aguantando toda mi vida.
Partiendo de la base de que si hablo de empoderamiento, me refiero al poder que tiene una misma para decidir sobre su propia vida y que tiene como objetivo equiparar al hombre y a la mujer en la sociedad.
Voy a empezar por lo que creo que es más importante destacar, y es que estamos viviendo una gran revolución y que gracias a “nosotras”, bueno, más bien a esas mujeres que lucharon y destacaron en un mundo muchísimo más difícil del que tenemos ahora. Pero, también, gracias a esta generación se están cimentando nuevas realidades y cada vez son menos las voces calladas y sometidas a injusticias, aunque como bien sabemos aún queda mucho por hacer en nuestra sociedad y en el mundo, donde muchas mujeres siguen viendo como una utopía la libertad, por que viven bajo la mirada de culturas donde prima la desigualdad y en muchos casos el terror.
Creo en la educación como base para el cambio, creo en la igualdad entre hombres y mujeres, por que juntos podemos cambiar el mundo y creo en el ejemplo que podemos transmitir a nuestros hijos para poder terminar con las desigualdades, los prejuicios, los estereotipos y los roles de género. También, creo que no existe “un solo feminismo”, sino tantos como necesidades tengan las mujeres en las sociedades a las que pertenezcan.
Así como el uso del bikini comenzó a hacerse popular como acto de rebeldía ante la prohibición en algunos países, hoy en día, que las playas están llenas de chicas en bikini, en topless e incluso desnudas; nos encontramos con que en el mundo 2.0, más concretamente en el mundo de las redes sociales, las mujeres son censuradas por Instagram o Facebook, incluso juzgadas por otras chicas por subir fotos con poca ropa o en las que se les ve un pezón.
Parece que 73 años después de que apareciera la primera chica en bikini y que el mundo entero se escandalizara, hemos vuelto a retroceder y es motivo de censura subir una foto incluso amamantando a tu bebé.
Por otro lado están los prejuicios y el relacionar a las chicas que se muestran sexys como menos inteligentes o menos válidas en ciertos ámbitos. Y, por supuesto, los roles de género en los que nos etiquetan tanto a hombres como a mujeres desde pequeñitos.
Las redes sociales se han convertido también en la herramienta perfecta para la luchar contra todos estos estereotipos y poder llegar al máximo de personas posibles, ya que Internet permite que el mensaje de libertad e igualdad cruce fronteras.
Como consecuencia de estas censuras han aparecido multitud de movimientos feministas entre muchos de ellos voy a destacar #freethenipple o #womanspreading de los que Bella Hadid o Emily Ratajkowski son embajadoras ya que luchan en contra de la sexualización de la mujer y la libertad de ser sexys o mostrar el cuerpo.
Muchas marcas se han hecho eco de estos movimientos, que apoyan la naturalidad y el poder hacer con tu cuerpo lo que quieras, the naked tiger, no bra club, La Hanna Swim, o la marca de baño española 11Desires, entre otras muchas, ya que ellos mismos tiene que hacer frente a la censura de las fotos de sus perfiles.
El mensaje es claro, tu cuerpo te pertenece, siéntete libre y sexy si eso es lo que te apetece, da igual quién seas o cómo seas, no importa tu talla, ni tu edad, quiérete tal cual eres, enseña o tápate hasta el cuello, depílate o déjate crecer el vello, se madre o no lo seas y vete a recorrer el mundo; pero no dejes que te juzguen, te clasifiquen, vean tu cuerpo como un mero objeto sexual, o que te hagan sentir vergüenza si llevas algo sexy por tener una determinada talla.
No hay nada más natural que un cuerpo desnudo, sentirte bien en tu piel no es malo, enseñar tu cuerpo no es algo sexual ni por lo que te tengas que avergonzar. Todos sabemos que el mundo 2.0 no es la vida real, pero es un reflejo de lo que quieres enseñar al mundo.
Se tú misma y haz “lo que te dé la gana”.
Hazte consciente de lo que vales, de tus capacidades y explótalas, porque el primer paso hacia el empoderamiento de la mujer empieza por una misma y su autoestima, y junt@s podemos cambiar el mundo.
Tu cuerpo es tuyo. Tú tienes el poder.