Encontrar un hueco en nuestra apretada agenda para invertir en lo que realmente es importante que es cuidarnos, no es tarea fácil. Sacar 30 minutos al día para invertir en salud, hacer ejercicio o meditar, nos resulta casi imposible. Hemos inventado infinitud de excusas que permiten liberar nuestra conciencia para no sentirnos culpables por no realizar ejercicio diario, desde “el clima es muy malo” a “el clima es demasiado bueno” a las más comunes como: “no tengo suficiente tiempo” o “llevo todo el día en la oficina y estoy muy cansado”.
¿Por qué no realizamos ejercicio físico si sabemos el bienestar mental que nos proporciona? ¿O es que somos incompetentes conscientes?
Una investigación médica realizada en la región noruega de Nord-Trondelag muestra que solo una hora de ejercicio a la semana previene la depresión. Los participantes tuvieron que indicar con qué frecuencia e intensidad hacían ejercicio físico así como también, tuvieron que rellenar un cuestionario para saber con qué frecuencia los participantes experimentaban síntomas de ansiedad o depresión.
Las conclusiones del estudio muestran que los participantes que habían declarado que no hacían ejercicio físico resultaron tener un 44% más de probabilidad de desarrollar depresión en comparación con los que realizaban ejercicio físico al menos una hora a la semana.
¿Por qué funciona?
Si mantenemos una buena salud física repercutirá favorablemente en la mental. Reduciremos los síntomas de la ansiedad y la depresión, reduciremos el impacto del estrés, mantendremos el estado de ánimo más positivo, por el efecto de las enforfinas. También nuestro sistema inmune se verá aumentado y nos sentiremos con más energía para afrontar las actividades de la vida diaria.
¿Somos capaces de sacar entre dos y cuatro horas semanales de ejercicio físico? Solo necesitamos ese tiempo para mejorar nuestra salud mental. ¿Vamos a seguir procrastinando en invertir tiempo en salud? ¿Llegará el día en el que ya sea demasiado tarde y no podamos hacer nada?