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Manual para hacer disfrutar a una mujer

“Ah bueno entonces si sólo te has acostado con mujeres no es que hayas follado de verdad”, “¿y no tenéis curiosidad de acostaros con un tío?”, “no entiendo porque usáis juguetes eróticos, eso es que os falta algo”, “¿no sentís que os falta un pene a la hora de acostaros juntas?”, “pero, concretamente… ¿cómo hacéis o qué hacéis en la cama?”, “pues si queréis probar con un tío algún día yo me ofrezco”.

Por favor vamos a ir terminando ya con la visión tan falocentrista que aún existe en nuestra sociedad en torno al sexo, como siempre debido a una industria del porno patriarcal, y también por un gran desconocimiento por parte de demasiadas personas sobre la sexualidad y las incontables partes erógenas de nuestro cuerpo que se pueden estimular y a través de las cuáles podemos llegar a experimentar un gran placer sin ningún pene de por medio ni penetración, impresionante, ¿verdad?, empecemos. 

  1. ROSTRO: Nuestro rostro merece más que un par de besos rápidos; la sensibilidad de partes de nuestro rostro como nuestros labios hace que sea una zona a través de la cual aumentar mucho la excitación de la persona, así que no nos olvidemos de ellos, acariciar con nuestros dedos o nuestra lengua su boca, llegando a morderlos despacio y aumentar la presión después, puede ser una buena estrategia para empezar a derretir a la persona por dentro, si a su vez lo acompañas con unas caricias por el cuello y unos mimos dulces, o no tan dulces, por detrás de las orejas comprobarás en sus ojos la importancia y el valor que tienen estas zonas. 
  1. NUNCA:Bajamos un poco y nos paramos en su nuca y en su cuello, zonas extremadamente erógenas si acompañas las caricias con cierta presión en aquellos rincones donde la persona sienta más placer, es importante escuchar a la persona, escuchar las señales que nos ofrece su cuerpo y, lo que es más importante, jugar con aquellas zonas más erógenas hasta que las chispas salten solas, recorrer su clavícula con besos y mordiscos mientras esta se estremece puede aumentar la temperatura y dificultar el no pasar de ahí.
  1. PECHOS: Llegamos a los pechos, por favor, comunicado importante: los pechos son una zona muy erógena, pero todo ello lo son, no sólo los pezones; al igual que aprender ya que el placer no es directamente proporcional a la presión que ejerzas, son unos pechos, no las ubres de una vaca.  Acaricia el lateral despacio llegando hasta la cintura, explora todas sus partes y pasa de las caricias a los mordiscos o a cierta presión, sin prisa y disfrutando, se puede llegar al orgasmos solo estimulando esta zona si se hace bien. 
  1. VIENTRE: El vientre, como es de esperar, también puede aportarnos mucho placer, sobre todo si son movimientos muy lentos y suaves como soplar un poquito o caricias apenas perceptibles alrededor del ombligo, establece un pequeño baile sin aparente control y acompáñalo de cierta presión en las muñecas y caricias en los antebrazos, si la piel se pone de gallina lo estás haciendo muy bien. 
  1. CINTURA: La cintura es un lugar de conquista para la creatividad ya que hay infinidad de formas de tratarla y de jugar con ella; presión alrededor de ella, caricias lentas o crear un cinturón de besos a su altura son algunas de las opciones para que se escuche algún que otro gemido entrecortado. 
  1. COÑO: Llegamos a donde algunas personas creen que se deben centrar desde el primer momento y ni siquiera saben cómo ni qué hacer (cómo estamos viendo hay un mundo más allá de la penetración); es importante, cómo ya hemos visto y al igual que en muchísimas otras zonas, acariciar en primer lugar la parte interna de los muslos, la vulva y los labios vaginales, acarícialo muy muy despacio, besa cada centímetro con cariño y juguetea lo más lentamente posible con esta zona, aquí la clave es no tener ningún tipo de prisa porque no la hay, dedica mucho tiempo a su estimulación, pudiendo llegar a convertirse en un juego de aguante muy excitante para ambas personas.
  1. CLÍTORIS: Y llegamos al clítoris, ¿sabíais que esta zona cuenta con más de 8000 terminaciones nerviosas?, el doble que el pene, y su dimensión es de 10 centímetros ya que su estructura no sólo es superficial, sino que son muchas las formas de conocerlo, de estimularlo y de disfrutarlo.

Imagínate el nivel de placer que puedes hacer sentir a la otra persona si tienes en cuenta las diversas zonas erógenas de su cuerpo y sabes dedicar a cada una de ellas el cariño, las ganas y el tiempo suficiente, ¿puedes llegar a imaginártelo?

Bien pues a las mujeres lesbianas, a diferencia de cómo creerá alguna que otra persona todavía a día de hoy, no nos dan un manual cuando somos conscientes de que somos lesbianas que se titule: “¿Cómo acostarte con la mujer que te gusta y que la noche no acabe en bollodrama?”, no amigui no, debido a esta sociedad cis-heteropatriarcal toda persona que se salga de ese marco realiza en todos los aspectos, incluyendo el sexo, una etapa de aprendizaje y descubrimiento tanto de una misma como de la persona con la que está si se encuentra acompañada.

Es decir, supone el descubrimiento y aprendizaje de las incontables zonas erógenas de nuestro cuerpo, de la capacidad que tienen algunas zonas de experimentar un elevado placer, así como saber escuchar las señales de la persona con la que estemos, si a esto le añadimos nuestra capacidad multiorgásmica (obtención de varios orgasmos en un breve periodo de tiempo) ya logramos que sea una relación sexual increíble, y sin necesidad de un pene, ¿te lo puedes creer?

Y tú, sin saber nada de esto vienes y nos sueltas que nos falta un pene de por medio o que no sabes cómo nos apañamos sin este, pues bien, nos apañamos muy bien porque tenemos dos cosas que a ti te faltan por ahora por el tipo de comentarios que expulsas por tu boca; por un lado un buen puñado de empatía y comunicación y por otro un mayor conocimiento sexual del cuerpo humano, conocimiento que te podría ayudar para que así puedas dejar de creer que todo se reduce a un mete-saca y que puedas estar seguro de que cuando tu pareja te diga “ha estado bien” sea de verdad y no un “lástima que te hayas olvidado del resto de partes de mi cuerpo”.

Ánimo, estoy segura de que con tiempo y dedicación mejorarás progresivamente, o sino siempre puedes pasarte a la otra acera a ver si lo que te falta es un pene, aparte del tuyo me refiero, y que te enseñen así la importancia de estimular el resto de las zonas erógenas de nuestro cuerpo antes de cualquier tipo de penetración.

Laura Lis Rodríguez

Psicóloga, feminista y soñadora. La inclusividad es la base del cambio.

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