Queridos Reyes Majos: este año pido amor, sonrisas e igualdad

Queridos Reyes Majos:

Este año creo que me he portado bien, o al menos lo he intentado. He  podido equivocarme, gritar de manera inoportuna pero a pesar de todo, no se me han caído los anillos si he tenido que pedir perdón, he olvidado el daño que me han podido hacer y ante los errores, he aprendido, y sobre todo, me he hecho mucho más fuerte. También he cumplido varios sueños como trabajar en lo que me apasiona, querer, ser generosa , conocer a gente nueva, descubrir nuevos lugares y seguir rodeada del cariño de los de siempre. 

“No obstante, vosotros que sois tan majetes os dejo que me juzguéis y oye si me tenéis que traer un poquito de carbón prefiero que sea del dulce”

Este año os quiero pedir 3 cositas que aunque creo que son un tanto complicadas, estoy segura que vosotros, que sois tan sabios las podréis cumplir:

1. A mi querido Melchor. Al más viejete y carismático, le quiero pedir un deseo para los adultos. Quiero que  no abandonen a ese niño que todos llevamos dentro, que sueñen, que jueguen, que se enfrenten a la vida con una sonrisa, que valoren lo que tienen, que no corran tanto, que saboreen la vida.  Y a los que tengan hijos, que saquen su valioso tiempo para jugar con sus pequeños, que no les callen dándoles un iphone o un móvil para mantenerles distraídos, que les escuchen, que fomenten su imaginación, su creatividad e inteligencia emocional. Que miren de vez en cuando al cielo, que pidan un milagro.
2. A mi querido Gaspar. Al “rey majo y sonriente”, a ti, que entiendes del amor,  te quiero pedir que la gente aprenda a escuchar sus emociones, que se dejen llevar por el corazón, que si les hacen daño sigan amando sin secuelas, que matemos al odio y al rencor con una buena dosis de cariño. Que aprendamos a comprender y a perdonar. Que la violencia desaparezca, que el dinero no destruya familias, que la avaricia no pueda al sentimiento, que los amigos se apoyen, que las parejas se comprendan, que el amor propio se imponga para poder querer al resto. 
3. A mi querido Baltasar. Al rey que nos enseñó a querer a cualquiera independientemente de su raza o sexo. A ti, que entiendes de igualdad y solidaridad. Te pido que nos quites esa venda que tenemos en los ojos y nos invade de prejuicios. Que  aprendamos a dar, a ser generosos, que entendamos que el corazón es demasiado libre como para condicionarlo, que el amor no entiende de fronteras. Que no excluyamos a la gente por ser diferente a nosotros, que tengamos diversidad de amigos, que el conocer aquello que es nuevo y diferentes nos abra la mente. Que nadie se sienta inferior por su condición sexual, por su raza o por su ideología. Y que los esquemas mentales se abran, que el respeto sea eterno.

Reconozco que este año os lo he puesto un poco difícil, pero a cambio me comprometo a dejaros leche para los camellos, unas copitas de ron para que no os agobiéis tanto con todo lo que os he pedido y una deliciosa cena (que si queréis podéis compartirla con aquellos que hoy no pueden comer).

Hasta siempre majetes ,

Macarena Arnás.