Uno de los aprendizajes que nos ha dejado la pandemia global que hemos sufrido, es sin duda que debemos prestar más atención al cuidado de nuestra salud y bienestar y a la importancia de los vínculos emocionales e interpersonales. También ha puesto a prueba nuestra resiliencia y cómo somos capaces de afrontar los momentos difíciles, pues muchos incluso han tenido que reinventarse profesionalmente.
Hemos vivido en un mundo donde utilizamos la medicina para curarnos, pero ¿por qué no somos capaces de llevar unos hábitos de vida que nos permita vivir de forma más saludable y que nos ayude a ser más longevos para disfrutar más de la vida siendo felices?
EL SECRETO DE LAS ZONAS AZULES
Quizás deberíamos aprender de aquellas regiones del mundo, de aquellos núcleos poblacionales donde tienen una alta tasa de longevidad, donde viven sanos y felices, las llamadas “zonas azules”.
Las “zonas azules” son aquellas regiones del mundo donde las personas viven durante más tiempo. Son zonas donde tenemos un área confirmada demográficamente y definida geográficamente donde o bien hay índices impresionantes de personas que alcanzan los 100 años, o bien tienen la esperanza de vida más alta, o bien tienen la tasa de mortalidad más baja entre personas de mediana edad. En estas regiones podemos encontrar octogenarios, nonagenarios y muchos centenarios, e incluso algunos super centenarios (personas que han superado los 100 años de edad)
Fueron un demógrafo belga, Michel Poulain y el médico italiano Gianni Pes quienes descubrieron por primera vez una población de este tipo en la región Barbaglia (Cerdeña, Italia) y marcaron el área con tinta azul.
Más tarde, fue el investigador estadounidense Dan Buettner y el equipo de National Geographic los que se embarcaron en un proyecto destinado a identificar otros lugares con altas tasas de longevidad. Buettner ha compartido los secretos de las personas de cuatro de las zonas azules encontradas en el mundo: Sardinia – Italia, Okinawa- Japón, Loma Linda – California y la Península Nicoya – Costa Rica. Su extensivo estudio descubre cómo han conseguido vivir más años y de una mejor manera, sin utilizar pastillas, medicación o cirujía, sino por el contrario, a través de la comida, de la compañía y de su perspectiva de la vida.
Estos son los hábitos de vida de las zonas azules, para que los adoptes y mejores la calidad de tu vida:
CERDEÑA – ITALIA:
En la región de Barbaglia, situada en las montañas de Cerdeña, se encuentra la mayor concentración de centenarios del mundo. Estas son algunas de sus prácticas:
–Dieta basada principalmente en plantas. La dieta que siguen los habitantes de esta región se compone básicamente de pan integral, legumbres, vegetales de su jardín, frutas, queso pecoreno que es alto en omega 3. La carne se reserva para los domingos u ocasiones especiales.
–La familia ocupa el primer lugar. Para los habitantes de Cerdeña, la familia es uno de los valores más importantes y se aseguran que estén bien cuidados. Las personas que viven en familias saludables y fuertes tienen índices más bajos de depresión o estrés.
–Beben leche de cabra. La leche de cabra tiene componentes que pueden ayudar a protegernos contra enfermedades inflamatorias de envejecimiento como enfermedades cardiovasculares o Alzheimer.
–Caminan diariamente. Caminar cinco millas diarias como hacen los pastores en Cerdeña, es beneficioso para los problemas cardiovasculares. También tiene un efecto positivo en el metabolismo de músculos y huesos.
–Beben uno o dos vasos de vino tinto a diario. El consumo moderado de vino, influye en los bajos niveles de estrés entre los hombres.
–Se ríen con los amigos. A los hombres de esta región se les conoce por su característico sentido del humor. Se reúnen cada tarde en las calles para pasar tiempo y reírse con los amigos. La risa reduce el estrés, bajando así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
OKINAWA – JAPÓN:
Rayos de sol, espiritualidad y boniatos. Conoce los secretos de la isla habitada por las mujeres más ancianas de la Tierra:
–Aceptan el Ikigai. Los habitantes de Okinawa saben perfectamente la razón por la que se levantan cada día. Sus vidas llenas de propósito, les otorgan un claro papel de responsabilidad y de sentimiento de ser de utilidad para los demás.
–Dieta basada en plantas. Los habitantes ancianos de Okinawa han comido una dieta basada en plantas durante toda su vida. Sus comidas a base de vegetales, batatas y tofu, tienen un alto contenido de nutrientes y son bajas en calorías. Aunque algunos centenarios comen cerdo, se reserva para contadas ocasiones de celebraciones. Tienen el mayor consumo per cápita de tofu del mundo y comen muy poco pescado. Casi el 60% de la ingesta alimentaria de Okinawa se compone de boniatos, que son altos en flavonoides y carbohidratos complejos. La cúrcuma que también utilizan se asocia con tasas más bajas de cáncer y una mejor salud cardiovascular.
–Hacen jardinería. Casi todos los centenarios de Okinawa tienen un jardín que cuidan. Esto les ayuda a mantenerse activos físicamente y hace que dispongan de vegetales para sus comidas. Además siembran plantas medicinales como cúrcuma o jengibre.
–Comen soja. La soja contribuye a un intestino saludable y tiene muchos beneficios nutricionales.
–Mantienen un “moai”. Una tradición de los habitantes de Okinawa es pertenecer a un moai. Estos círculos sociales les prestan apoyo económico y emocional en momentos de tristeza y les da tranquilidad al pertenecer a un grupo de personas que se preocupan los unos por los otros.
–Disfrutan del sol. Cuando el cuerpo se expone regularmente a la luz del sol, hace que tengamos cuerpos más saludables, y huesos más fuertes. La exposición diaria al sol hace que tengan unos niveles óptimos de vitamina D.
–Se mantienen activos. Los habitantes de Okinawa son caminantes activos y se dedican a sus jardines.
LOMA LINDA – CALIFORNIA:
Un oasis de longevidad en el sur de California. La comunidad de adventistas del séptimo día tienen una esperanza de vida 10 años superior a la media en los Estados Unidos. Estas son algunas de sus prácticas:
–Encuentran un santuario en el tiempo. Un descanso semanal de las tareas diarias, el Sabbat o día de descanso para acudir a misa, les proporciona tiempo para centrarse en su familia, en Dios, en el servicio a los demás y en la naturaleza. Los adventistas afirman que esto los libera del estrés y fortalece sus relaciones.
–Mantienen un índice de masa corporal saludable. Los adventistas con un índice de masa corporal saludable (lo que significa que tienen un peso apropiado a su altura) que se mantienen activos y comen carne esporádicamente, tienen niveles de presión de sangre más bajos, bajos índices de colesterol, y menos enfermedades cardiovasculares en comparación con otros ciudadanos americanos.
–Hacen ejercicio regularmente. Manteniendo una rutina diaria de ejercicio como caminar reduce en gran medida las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
–Pasan tiempo con amigos que tienen cosas en común. Los adventistas suelen pasar bastante tiempo con otros adventistas. Ellos encuentran el bienestar compartiendo valores y apoyando los hábitos de cada uno.
–Comen frutos secos. Los adventistas que consumen frutos secos al menos cinco veces a la semana tienen casi la mitad de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y viven dos años más que aquellos que no consumen este alimento. Los estudios confirman que comer frutos secos influye en la longevidad.
–Dan a la comunidad. La iglesia adventista del séptimo día anima y proporciona a sus miembros la oportunidad de hacer voluntariado. Son muchos los centenarios que encuentran un sentido de propósito y se mantienen alejados de la depresión, al centrarse en ayudar a otros.
–Comen carne con moderación. Muchos adventistas siguen una dieta vegetariana y para aquellos que consumen carne, lo hacen en porciones muy pequeñas.
–Cenan temprano y ligero. Esto parece que les ayuda a conciliar mejor el sueño y a tener un índice más bajo de masa corporal.
–Abundantes plantas en su dieta. Los adventistas que comen legumbres y granos dos o tres veces a la semana, tienen un 30 o 40% de reducción en cáncer de colon. Las mujeres adventistas que consumen tomates tres o cuatro veces a la semana, redujeron la posibilidad de contraer cáncer de ovarios en un 70%. Consumir tomates también ayuda a disminuir el riesgo de cáncer de próstata en los hombres.
–Beben gran cantidad de agua. Beber agua también influye en la disminución de enfermedades del corazón.
NICOYA – COSTA RICA:
Tortillas, legumbres y algo en el agua. Aquí encontramos la segunda comunidad de centenarios más grandes del mundo. La Península de Nicoya ostenta el título de la tasa más baja de mortalidad mundial. Descubre el secreto de su longevidad:
–Tienen un plan de vida. Los centenarios de Nicoya tienen un fuerte sentido del propósito. Ellos se sienten necesitados y quieren contribuir en el servicio a los demás.
–Beben agua con alto contenido en calcio. Quizás esto explica los bajos niveles de enfermedades del corazón. También contribuye a tener huesos más fuertes.
–Mantienen el foco en la familia. Los habitantes de Nicoya suelen vivir con sus hijos y sus nietos, proporcionando apoyo y sentido de pertenencia.
–Cenas ligeras. Comer menos calorías parece que influye en aumentar años de vida.
–Mantienen círculos sociales. Los habitantes de Nicoya suelen tener con frecuencia visitas de sus vecinos. Ellos saben cómo escuchar, reír y apreciar lo que tienen.
–Se mantienen activos en el trabajo. Ellos encuentran la felicidad en las tareas diarias del hogar-Rayos de sol diarios. Diariamente se exponen al sol, lo que ayuda a sus cuerpos a obtener vitamina D. La deficiencia de vitamina D se asocia con la osteoporosis y enfermedades del corazón.