Mirando al cielo con recuerdo y promesa. No supiste si fue metamorfosis o supervivencia. Cambiaste el dolor por el revólver y por las ganas de seguir haciendo estela en el camino del destino…
Que todo sea seguir, que todo sea mirar firmemente al futuro y encararlo con coraje. Alma de nómada que estuvo encontrando hogar en corazones tormenta. Tormenta que se convirtió en baile y versos en braile que te dejaron escritos en la piel. Pues aquello que ayer quemaba como solo arde el hielo ahora muta en caricia.
La vida es ese vértigo de que el mañana no espera. De que el ayer marca, pero no sentencia. De que todo es oportunidad incluso aquello que al principio quema. Pero aún nos rendimos ante los tréboles de cuatro hojas, cuando los tréboles se tratan de manos y la suerte no es más que la fortuna de haberte encontrado.
Acompañamos el tic-tac con el corazón y a cada golpe de la aguja un latido que explotaba. Y luego la vida dejándote una nota; estás bestialmente viva, rompiendo esquemas, pero reconstruyendo todo lo demás, convirtiendo cualquier sombra en luz de luces. Sigue, lucha…sonríe, porque de una sonrisa también salen balas.
Sueña con imposibles que algún día se harán realidad. Mantente brillante, nadie puede hacerte sombra cuando eres luz. Y por último, ensancha el centro de la diana para que todo sean victorias.
