La primera sensación al llegar a Madrid fue de familiaridad. Me sentí en Buenos Aires, aunque cada una tiene sus particularidades, pero en esencia, sí. Nací en Rosario, he viajado a la capital argentina solo de visita, así que mi perspectiva sigue siendo la de una turista, y los ojos de quien viaja ve todo muy distinto de quienes viven allí.
El jet lag no tuvo tiempo para hacer su aparición, quizás lo despisté un poco, entre un tren que tardó siete horas de ir de Rosario a Buenos Aires, un avión que salió desde Ezeiza a La Ciudad de México , con dos horas menos por la diferencia horaria, con una escala de diez horas en el aeropuerto y doce horas en el aire para llegar a Madrid con cinco horas menos (en verano) que en Argentina. Cada vez que buscaba la manera de subirse al escenario el telón se cerraba por un intervalo. Días después, como un développé que arranca suave y termina directo en la frente achicharrada me dio el show que tanto ansiaba.
Como toda capital, su imponencia y elegancia de los gloriosos años se notaba en cada detalle. Me llamó la atención la cantidad de puestos de trajes flamencos de todos los modelos y colores en cada esquina. Un show en sí mismos. Esos que para los festivales de danza, Elvira mi primera profesora de toda la vida, se ofuscaba buscando una modista que pudiera hilvanar el de sus sueños.
Entender los códigos de los ciudadanos, que los autos te esperen, respetar el semáforo que se pone en rojo y esperar los 3 minutos que indica el cartel luminoso para ver al metro llegar como las bailarinas que llegan con su rodete perfecto y en horario, a su clase de danza. A su vez, el entramado de culturas que existe en un solo lugar, acoge a muchas personas que buscan su espacio en una capital como esta. El mate, el chador, las túnicas y la ropa de moda hacen un juego interesante. Un tango electrónico y un poco de estilo tribal flamenco.
Madrid, me abrió los brazos y yo me lancé como una novata enamorada. Es la primera vez que piso esta parte del hemisferio, y estoy aún descubriendo los rincones de la ciudad que siempre tiene un plan sin importar días ni horarios.
Las calles están asignadas una vez y luego se disipa entre las calles, aún me pierdo con las numeraciones, pero allí voy. En mi primer encuentro con La Plaza Mayor, me perdí por las callecitas que son todas iguales a la simple vista de una turista, pero cuando mirás con detenimiento te das cuenta que son diferentes. Curvas, diagonales y líneas en ascenso que te marcan la coreografía de cada día. Una clase de barra en la que un descuido a destiempo te hace tambalear en la secuencia.
Ahora, con el diario del Lunes, todo es bastante diferente. Quizás me uno con más ritmo a la secuencia del Metro, voy entre semana al centro, sé cuáles son los lugares para ver atardeceres lindos con mates de por medio, me escabullo entre la multitud como alguien más y me pongo del lado derecho de la escalera mecánica cuando voy sin tiempo.
Dejo algunos lugares para visitar en Madrid si venís a una escapadita (según los ojos de una argentina, claro).
- Ir a alguna azotea/terraza/rooftop a la hora del atardecer.
- El Templo de Debod, el Parque del Oeste y el Mirador “Faro de Moncloa” también son ideales para ver caer el sol.
- Visitar los barrios de Chueca, Lavapiés y La Latina, hay muchas propuestas gastronómicas y sitios para bailar un poco.
- Mercado San Miguel, Mercado de San Fernando, Mercado de San Ildefonso y Mercado de San Antón. Ideales para picar algo y degustar tapas.
- Visitar El Palacio Real, la Catedral de la Almudena, los Jardines de Sabatini, la Plaza de Oriente y los Jardines del Campo del Moro.
- Paseo del Prado: Cuesta de Moyano, Jardín Botánico y Museo del Prado. Caminata del arte.
- Círculo de Bellas Artes, Puerta de Alcalá y Parque de “El Retiro”, es muy lindo, hay muchos sitios para caminar, bares, la Biblioteca Pública Municipal Eugenio Trías, El estanque, Palacio de Cristal y hay una discoteca también.
- La casa de campo es muy extensa, pero se puede visitar un sector en Teleférico para apreciar la ciudad desde lo alto o ir al Lago que es precioso.
- Madrid Río, una caminata extensa a orillas del Río Manzanares.
- Gran Vía, Sol y Plaza Mayor. Sector histórico, comercios y gastronomía.
- Si te quedás varios días, El Jardín “El Capricho de la Alameda de Osuna”, “Cerro del Tío Pío”, “Parque de la Quinta de los Molinos” y “Parque Juan Carlos I “ son ideales para caminar y apreciar el paisaje. Es importante que te fijes cuál te queda cerca según tu ubicación si no tenés tanto tiempo.
- Feria “El Rastro”. Todos los domingos y festivos. Abre por la mañana y cierra entre las 14 y 15 hs. Mercadillo de pulgas, vintage y antigüedades.
Se pueden hacer muchas más cosas, Madrid tiene rincones hermosos. Para empezar con el pie derecho ahí dejé algunas.
Creo que el otoño y la primavera, son los mejores meses para pasear por aquí. En verano, el sol acecha a la hora de la siesta, pero hay bastantes lugares con canillas y bebederos para recargar botellas e hidratarse a libre demanda. La bendición del agua potable en un mundo que está en default ecológico ya es todo un tesoro.
Como habláis de mi ciudad, la que me vio nacer y crecer como un gato auténtico. Es gracioso que mucha gente de acá no la vea con los ojos tan maravillados como lo haces tu.