Desde hace casi 25 años me dedico al periodismo y a escribir sobre otras personas, pero hoy quiero hablarles de mí.
Hace poco más de un mes cumplí 48 años y desde principios de año más o menos estoy atravesando la perimenopausia con todo lo que esto implica, pero les puedo asegurar que me siento más activa y mejor que nunca aunque me persigan los calores y mi humor sea cambiante.
Estoy súper motivada porque este año tengo planeado participar en mi primer Medio Ironman, una prueba súper exigente que incluye tres disciplinas en este orden: natación, ciclismo y atletismo, en este caso son 1900 mts, 90km y 21km, y para lo cual estoy entrenando y disfrutando del camino, literalmente, todos los días y que demuestra que todos podemos hacer lo que nos propongamos… solo es cuestión de constancia y disciplina.
Pero primero les cuento cómo empezó todo: De niña nunca fui de hacer mucho deporte pero ya después de terminar la facultad empecé a nadar y lo hice por unos años. Después entre el trabajo, la familia (tuve mi primer hijo a los 32 y la segunda a los 34) se fue complicando hasta que en 2010, con unos kilos de más y mucha voluntad, decidí volver a ocuparme de mí y arranqué a correr. A duras penas llegaba a correr unos minutos y tenía que parar, hasta que unos meses después hice mis primeros 10km. de calle; después medias maratones (21km.); las carreras de trail en el campo y en la montaña; hasta que en 2015 decidí operarme del pie por una molestia que me tenía a maltraer hacía años. Pero no todo salió como esperaba y casi un año después mi nuevo traumatólogo me dijo: “No puedes correr nunca más”.
Ahí dije, ¿ahora qué hago? Correr es mi pasión. Lloré un día entero y al otro día me fui a inscribir a la piscina y volví a mi primer amor: la natación. Fue así, despacito y mucho más lento, cada tanto me sacaba las ganas de correr (sin que el doctor supiera obviamente) hasta que un día empezó a rondar por mi cabeza hacer triatlón, ya que implica tres deportes, dos de los cuales tienen poco impacto.
Aunque el ciclismo no es de mis preferidos, me empezó a gustar y de casi nada pasé a pensar en hacer un triatlón olímpico (1.500 metros de natación, 40km. de bicicleta y 10km. corriendo) y acto seguido en el Medio Ironman.
Soy el claro ejemplo de que nunca es tarde para empezar, que por tener más de 45 años no hay que abandonar tus sueños sean cuales sean y que nadie te puede decir: no eres capaz, es imposible.
Además estoy convencida que muchas veces la cabeza y el corazón logran cosas inexplicables.