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Guía para curar la apatía y cambiar el mundo

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Esta es la secuencia: Te levantas por la mañana, lees las noticias, se te cae el alma al suelo, FIN. Un amigo te dice: “El mundo siempre ha estado igual de mal, solo que ahora te enteras de lo que pasa en todas partes”. Puede que sea verdad, pero su opinión no te resulta especialmente reconfortante. 

“Tu conciencia te está llamando a voces para que te pongas manos a la obra”

Eres consciente de tu privilegio (más allá de saber que ni vas a pasar hambre ni te va a caer una bomba encima) y aún así estás a “dos aguas”; entre tirar la toalla, porque entiendes que la vida es un viaje terriblemente hostil para demasiada gente, ó seguir luchando contra viento y marea por un futuro mejor para todos. También reconoces que, por mucho que trates de enterrar esos pensamientos en lo más profundo de tu mente, tu conciencia te está llamando a voces para que te pongas manos a la obra. En esta ocasión parece que no te va a servir con poner el piloto automático.

Primer PasoNo te rindas

Es cierto, frecuentemente la vida parece una carrera de fondo para la que no estás segura de estar preparada y el mundo un foro arbitrario y sin escrúpulos. Aún así, crees en el concepto de ‘ciudadano/a global’, no por su vertiente geográfica ni consumista, sino porque has visto cómo algunos de tus héroes y heroínas han llegado dónde se merecen, con su trabajo y esfuerzo, y, a menudo, en contra de todo pronóstico. Asimismo, cada vez te identificas más con la premisa de “piensa global y actúa local” porque, si bien la clase política no siempre hace un buen trabajo representando los mejores intereses de la ciudadanía, tú, que te informas con ojo crítico y regularidad acerca del estado del mundo, sí sabes que lo correcto y lo humano es contribuir al bien común, especialmente en nombre de la gente que no tiene voz, venga de dónde venga. 

“Los millennials y la Gen Z llaman llaman estar ‘woke’ o despiertos, sin un velo que te separe y proteja de la realidad”

No vas a poder olvidar este tirón de orejas de tu cerebro así como así (y lo sabes). La apatía total tampoco es una opción porque entonces pareciese como si “los malos” fuesen ganando, cuando en realidad solo están haciendo ruido. 

Tomas la decisión de aventurarte a explorar el proceso de descubrimiento y mejora personal que los millennials y la Gen Z llaman estar ‘woke’ o despiertos, sin un velo que te separe y proteja de la realidad. Llegar a este punto es un éxito en sí, pero significa que empieza un largo camino. El mundo se hace grande y tú, pequeña. Agárrate que vienen curvas.

Segundo Paso: Respira, analiza y reacciona

Cuanto más nos involucremos en un proyecto que intente cambiar el estado actual del sistema en que vivimos, mayor será nuestra vulnerabilidad. Ésta es una reflexión a la que hay que dar importancia; descender por la madriguera en busca de respuestas conlleva un precio. Sabemos que el mundo no es un sitio justo porque somos capaces de identificar determinadas situaciones de desigualdad en sociedad, en nuestro círculo de amistades, e incluso en el seno de nuestra propia familia. El problema es enfrentarse a estos retos, puesto que no siempre entendemos cómo ordenar y priorizar toda la información que consumimos y, como resultado, no podemos prever o evitar muchas de las injusticias que tienen lugar a nuestro alrededor. Esta incapacidad nos genera ansiedad, rechazo, miedo, ira y frustración, los peores enemigos del ser humano.

“Es en esa lucha contra el “lado oscuro” donde encontrarás la clave del éxito”

Puedes navegar a la deriva en busca de respuestas durante horas, pero, con cada segundo que pase, verás como crecen tus peores sospechas: Nadie (ni siquiera Buzzfeed y sus listas) va a ser capaz de aclararte, de una vez por todas, cuál es la mejor manera de responder a esa ‘llamada’, a ese impulso por cambiar las cosas a mejor, y que, habitualmente, decidimos pasar por alto, una vez transcurridas las primeras horas del día. Te van a dar ganas de rendirte porque no le ves utilidad a tu esfuerzo. Estas a punto de meterte en Instagram a dejar que tu mente huya a una realidad que no existe. Resiste. Respira. Es en esa lucha contra el “lado oscuro” donde encontrarás la clave del éxito. 

No pasa nada si no sabes todavía qué método es mejor para conseguir transformar esa información en cambio efectivo, ni si notas que te falta contexto para entender lo que te rodea sin que te supere mentalmente. Cuando te veas en este punto, date un momento y valora la magnitud de lo que te estás proponiendo hacer, es valiente pero es un proyecto ambicioso. Quieres descifrar tu propósito en la vida empatizando con la del resto; pero aprender a utilizar tu pasión de la mejor manera te va a llevar un rato largo porque la casa no se puede construir por el tejado.  

Tercer paso: Adiós a las inseguridades y prepárate para la acción

Nuestras vidas transcurren a una velocidad vertiginosa. La cantidad de información que consumimos no está equiparada con nuestra capacidad personal para absorber y procesar la misma. El proceso de globalización del individuo, lejos de convertirnos en ciudadanas más responsables, tiende a convertirnos en autómatas individualistas, inseguros y narcisistas. Desechamos cualquier ‘input’ que no nos lleve a la satisfacción o resolución inmediata. Incluso viendo lo mucho que algunas personas sufren, usamos la ‘falta de tiempo’ como excusa, porque, a veces, no somos capaces de entender que nada es más importante que evitar un mundo donde la injusticia y la desigualdad campen a sus anchas. Así que, antes de que te dé un cortocircuito, comparte tu conocimiento e información con tu entorno, trata de digerir los conceptos, selecciona lo más relevante y prepárate para la acción. 

Cuarto paso: retén toda la energía posible para afrontar el día

Hay que interiorizar el hecho de que, en el sendero hacia un mundo mejor, para ganar pequeñas batallas hay que estar dispuesto a perder muchas otras. Si queremos sobrevivir tenemos que proyectar esa energía con la que comenzamos la jornada más allá de nosotros mismos – especialmente en la edad adulta – ya que nuestras responsabilidades y obligaciones tienden a hacer que ésta desaparezca con rapidez durante el transcurso del día (véase: Alarma, ducha, desayuno, familia, trabajo y repeat). De poco sirve comprometerse de manera abstracta o intermitente, hay que buscar un camino con el que te identifiques y que te permita involucrarte de una manera realista.

Por último: No tengas miedo, tu voz cuenta

Lo cierto es que no hay guía ni hoja de ruta que nos pueda llegar a explicar cómo cambiar el mundo, lo que sí existe a ciencia cierta es la empatía y la capacidad de ayudarnos mutuamente. Esta energía individual es intangible pero poderosísima. Le salva la vida a personas en el Mediterráneo, consigue justicia en casos de violencia de género y le da voz a una niña que lucha contra el cambio climático. Tu voz cuenta y, por ello, debes tratarla con mimo. No eres solamente un voto, ni un post en redes sociales, eres un medio y un fin, eres un agente de cambio. No tengas miedo, persiste, tiéndele la mano a la vida y lucha.

Miriam Gomez

Abogada de derechos humanos, asesora política y bailarina.

2 Comentarios
  1. Muy de acuerdo con tu análisis de la realidad actual sobre el tema de empatía. No nos debe sólo abrumar el estado del mundo. Esa es la fase en la que muchos nos quedamos. Lo importante es emprender hacia la acción de lo que creamos justa y ser firmes y constantes en nuestro esfuerzo. Lo hacemos no porque es fácil, sino porque sabemos que es lo correcto.Nuestro verdadero crecimiento no es hacia dentro, sino cuando nos abrimos a servir a los demás y compartimos nuestra camino recorrido con los que vienen atrás. Ahí está nuestro legado, el rol que nos asignamos en el juego infinito de esta aventura llamada humanidad.

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