A veces pienso que las mujeres analizamos más la compra de unos zapatos o de un vestido para una boda que nuestra pareja, esa persona con la que queremos compartir la vida.
Es como si con el hecho de que un hombre nos parezca atractivo y tenga unas cuantas cualidades ya lo haga válido para una relación a largo plazo. En ocasiones, he escuchado a mujeres tomar ésa decisión desde una primera cita. “Es el hombre de mi vida”, “Es perfecto”. Y me pregunto cómo pueden saberlo en tan poco tiempo, teniendo en cuenta que tardamos en conocernos a nosotros mismos prácticamente media vida.
Y es que pienso que, en ocasiones, las mujeres nos dejamos llevar demasiado por nuestros impulsos y en otras parece que se nos hayan fundido todas las zonas del cerebro conectadas con la lógica. Y lo digo con todo el cariño y con conocimiento de causa, por propia experiencia.
Yo creo que si trasladásemos la forma en la que nos comportamos al entrar en una relación, o lo que es peor, en una “situación” como está de moda ahora, con una entrevista con un posible socio, quizás nos ahorraríamos muchos disgustos.
Imagina que fueras la CEO de tu empresa. Tienes una entrevista con un potencial socio que te dice que tu empresa le interesa, pero que irá a trabajar y a las reuniones cuando le apetezca, que contestará a tus llamadas cuando le venga bien o no lo hará en absoluto, porque no le gusta sentirse controlado, que no quiere firmar ningún contrato porque no le gustan los compromisos y le gusta fluir con la vida, que va a valorar otras opciones y probar otras empresas de la competencia para ver cuál le aporta más y en cuál está más a gusto, y sin embargo, pasará puntualmente a cobrar sus beneficios una o dos veces al mes. ¿Aceptarías un “acuerdo” sin compromiso con ése socio? ¿Y entonces por qué hay miles de mujeres aceptando ése tipo de relaciones?
Me comentan personalmente y leo a diario cientos de comentarios de mujeres de todo el mundo que llegan a estar meses e incluso años con alguien que ni siquiera las quiere llamar su novia o su pareja, porque dicen que “no necesitan etiquetas”, no tienen una exclusividad sexual con él, invierten un montón de esfuerzo, tiempo y energía en hacer todo lo posible porque él algún día quiera algo más y yo me pregunto… ¿Por qué nos hacemos eso las mujeres? ¿Por qué aceptamos menos de lo que merecemos?
“Que busquemos como pareja y como “socio” sólo a alguien que quiera invertir tiempo y ganas en construir una relación”
Porque lo cierto es que merecemos a alguien que ponga las mismas ganas, el mismo entusiasmo y la misma energía que ponemos nosotras, al igual que explico en mi libro: ‘GuíaBurros: Los 10 errores que cometemos las mujeres buscando el amor’. Merecemos a alguien que nos elija, que esté orgulloso de presentarnos como su pareja, que esté deseando vernos, que nos incluya en sus planes de futuro, que nos deje claro que somos importantes en su vida. No sólo con palabras y promesas, sino con hechos.
Yo creo que el primer paso es respetarnos y amarnos tanto que no aceptemos menos de lo que merecemos. Que aprendamos a decir que no, incluso a alguien que nos atrae, si no está dispuesto a invertir en una relación. Que estemos un tiempo solas si lo necesitamos para conocernos y para saber qué queremos en un hombre y en una relación. Que nos tomemos un tiempo para conocer a alguien de verdad y saber si le viene bien a nuestra vida y a nuestra felicidad antes de regalarle el título de “Hombre de nuestra vida”. Que no demos tanto de entrada y sí lo hagamos a medida que vamos viendo si él también quiere invertir de la misma manera. Que elijamos a quien nos elija a nosotras. Que busquemos como pareja y como “socio” sólo a alguien que quiera invertir tiempo y ganas en construir una relación. Y no, no es cuestión de estar midiendo, ni de esperar a que él empiece dando o de contabilizar cuanto esfuerzo pone uno y cuanto pone el otro. Tampoco pasa nada por dar, pero para formar una relación equilibrada, tiene que darse por ambas partes. Puedes dar y después observar qué hace él antes de seguir invirtiendo.
Si nosotras siempre somos las que enviamos más mensajes, proponemos más veces quedar, somos las que siempre vamos a su casa o a donde le venga bien a él, etc, si siempre parece que seamos la que tenemos que estar “tirando” de la relación, nosotras mismas sabemos que estamos dando demasiado y que estamos recibiendo poco o nada. Y eso no es lo que merecemos.
“Elige pareja como una CEO”
Creo que es necesario que entendamos que los hombres no funcionan igual que nosotras. A ellos de manera consciente o inconsciente, les gusta esforzarse por las cosas porque así las valoran más. Y tú eres una de ésas cosas. Los hombres no te valoran por lo que tú haces por ellos. Los hombres te valoran por lo que ellos hacen por ti. Por el tiempo que invierten, por tener que recorrer kilómetros para verte, por ir a recogerte o a llevarte a casa. Y sí, claro que las mujeres hoy en día no necesitamos todo eso porque somos muy independientes y muy capaces, pero si no le dejas que lo haga, si se lo pones todo tan fácil, solo conseguirás alejarlo, que elija a otra o sentirte resentida porque él no pone nada de su parte. Y no, no se trata de hacerse la difícil o de ponerle las cosas complicadas para ver si supera la prueba, sino porque tú mereces a alguien que se esfuerce igual que tú.
A veces las mujeres pecamos de ser demasiado comprensivas, de no querer quejarnos, de no querer hacer preguntas incómodas, y sin embargo, nada de eso nos acerca a tener una relación con alguien que nos interesa. En realidad es todo lo contrario, porque un hombre sólo puede estar con una mujer a la que pueda respetar y para eso tienes que respetarte tú primero y no aceptar menos de lo que mereces y de lo que cualquier otro hombre estaría dispuesto a darte.
Elige pareja como una CEO. No inviertas en alguien en función de lo que te guste o de la “conexión” que tengas, elige como pareja y como socio de vida a un inversor y a alguien que quiera construir contigo.
No se trata de conocer a alguien y después esforzarse porque funcione. Se trata de encontrar a alguien que te elija a ti, igual que tú a él, que quiera lo mismo que tú y que esté dispuesto a poner de su parte para que funcione.
Que seas tan feliz como mereces.
Muy buen artículo, me ha encantado!