Los modelos educativos, laborales y de éxito social a nivel general, encaminan la mentalidad global al entendimiento de la competencia personal como la comparación excesiva, angustiosa y destructora frente a la naturaleza de compañero.
La sensación de bienestar producida por ofrecer conocimientos, habilidades, capacidades a una producción común se nubla por la necesidad de reconocimiento del éxito a base de aplastar las aportaciones ajenas.
Esto se traslada de la vida académica y profesional a la personal y sin duda debe ser una prioridad en puesta de conocimiento, diagnóstico y solución. Estar expuesto a relaciones tóxicas, en las que los logros comunes no producen satisfacción y una persona manipula, devasta y se adueña del triunfo, solo conduce al fracaso del grupo.
Los objetivos y metas, en cualquier ámbito de nuestra vida, son la dirección en la que encaminamos nuestras acciones en busca de resultado, por ello han de estar bien definidos y organizados. En este proceso, la fama, el reconocimiento y la popularidad, así como el liderazgo no pueden sobreponerse a la finalidad principal. Han de ser producto ajeno a nuestra conciencia, así como la capacidad de gestionar la frustración y ansiedad si no se alcanzan.
Lo enriquecedor de ocupar nuestro tiempo trabajando por un fin, es que nos llevamos la mejor parte de las relaciones humanas de quienes nos acompañan en el transcurso, completamos aquellas carencias y solucionamos las dificultades desde las distintas capacidades o disciplinas, y aunque sea tentador, cuando nos adueñamos de lo que no nos pertenece, en nuestro más sincero interior, sabemos que todo lo que hemos conseguido a lo largo de nuestra vida es fruto de la cooperación y la selección de esto de aquí y esto de allá.
Animo desde este medio, a la reflexión sobre el éxito desde que un proyecto empieza, sea en el contexto que sea, y a poner en estima las contribuciones de quienes nos acompañan. No se trata, créanme, de pensar en un mundo arcoíris, sin dificultades ni problemas, sino de trabajar por lo que realmente es importante en cada momento, tratando de que proliferen relaciones humanas sanas.
Que verdad tan grande estamos tan obsesionados con el éxito personal que no importa el resultado de las acciones que llevamos a cabo