Hace unos meses, tuve la suerte de poder asistir a un gran concierto: el de Alejandro Sanz en Santiago de Compostela. Describir lo allí vivido sería difícil, así que de momento, lo guardo para mí. Después de este concierto, estuve un montón de días sin querer recuperarme de las “agujetas en el corazón” que me dejaron aquellos momentos.
Un buen día, charlando con una persona, salió a relucir mi andanza. Al decirle que había estado en aquel concierto, realizó sobre mí un juicio rápido y atrevido: “¡Te gusta Alejandro Sanz! ¡mira que eres ñoña!”.
“Las primeras canciones de Alejandro Sanz tenían como tema principal el amor y la pasión”
Aquello me dolió. En un segundo, pasaron por mi mente un millón de posibles contestaciones, pero entendí que posiblemente no comprendiera nada de lo que hubiese querido transmitirle.
Las palabras que aquí escribo, no van dirigidas a Alejandro Sanz, ni a sus seguidores. Van para aquellas personas que tengan opiniones similares sobre personas como yo. No pretendo pedir que eliminen ese pensamiento. Sólo quiero que lean este texto y luego recapaciten. No voy a decir la cifra de seguidores que Alejandro Sanz tiene, ya que es inmensa, eso es evidente.
Alejandro Sanz, apareció en el panorama musical hace ya 28 años. Cierto es que sus primeras canciones tenían como tema principal el amor y la pasión. Pero, ¿qué tiene eso de malo? La magia de la música reside precisamente en permitir expresar de un modo único desde las emociones más intensas, hasta las más sutiles. Se trata de una válvula de escape para el corazón que permite que pueda seguir latiendo, en vez de estallar en mil pedazos. El amor es un sentimiento difícil. Tan pronto te invade de felicidad como ves cómo se te escapa entre los dedos sin poder hacer nada para evitarlo. Es intenso y capaz de llevarte a cometer las mayores locuras.
“Ese tarrito donde se guarda la emoción más pura, tiene el nombre de muchas de las canciones de Alejandro Sanz”
Una persona como Alejandro Sanz, es doblemente especial: por un lado es capaz de elevar tu vibración de una forma instantánea sólo con escuchar sus melodías, cosa que desde mi punto de vista, es de una creatividad que roza lo irrepetible. Por otra, tiene la capacidad que pocos tienen de reconocer y desmenuzar cada instante de máxima emoción, transformándolo en palabras que terminan danzando entre esas notas perfectamente elegidas. Si unes estos dos elementos, te encuentras de bruces con la clave de su éxito musical.
Es cierto que no es el único, que hay músicos que han conseguido unir estos dos puntos en algunas de sus canciones, pero solo alguien con un don especial es capaz de mantenerlo para siempre.
Volviendo al tema del amor, como Einstein dijo, el Amor es la fuerza más poderosa del universo: “El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo”. Si esta fue la conclusión de Einstein, que no era ñoño, sino un gran científico, ¿qué problema tienen algunas personas con el amor?
Si has estado enamorado alguna vez, si has querido a tus padres, hijos o amigos con toda tu alma, sabes que lo que se siente es indescriptible, que es único, que te gustaría encerrar en un tarrito ese sentimiento para poder abrirlo y volver a experimentarlo siempre que te apetezca. Para mí, ese tarrito donde se guarda la emoción más pura, tiene el nombre de muchas de las canciones de Alejandro Sanz.
Algunas personas, hemos luchado contra la vergüenza que puede suponer reconocer abiertamente este tipo de emociones y sentimientos. Es una lucha en toda regla y ganar esta batalla, es un gran un orgullo. Recuerda, como dice Sanz dice: “No por mucho fingir, dejas de sentir lo que sientes”.
Me parece importante señalar, que quien se aventura a encasillar a Alejandro Sanz en el cajón de amor apasionado, se equivoca. Si escuchas bien sus temas, descubres una canción a su padre, otra a su maestro, a la amistad, a su madre, a sus hijos, a su público, al agradecimiento que siente por sus seguidores, a quienes se ven obligados a abandonar su país, a la homosexualidad, a la madre tierra, a países asediados, a sus raíces, a la parte positiva de vivir, incluso te anima a luchar por tus sueños. Aún recuerdo la sorpresa que me llevé el día en el que cantando una de sus canciones, de repente descubrí que ¡relataba la historia de una persona ciega!
Sé que algunos piensan que sus seguidores somos en mayoría mujeres y que nos gusta sobre todo por su cara bonita. Sí, es evidente que es atractivo, pero puedes tener muy claro que eso, es sólo un añadido del que no tiene ninguna culpa, pero nunca un seguro de éxito.
“Su gran poder es la emoción y la empatía. De una historia, bien sea vivida u observada, te hace una canción y con ella, te llevas una lección de vida”
No puedo finalizar sin señalar que Alejandro Sanz, gusta por sus múltiples facetas, pero sobre todo, como persona. Sus acciones le definen y su solidaridad traspasa fronteras. Colabora de forma desinteresada con un montón de organizaciones y ONGs que luchan por diversas causas: por los derechos humanos de cualquier persona del mundo, por la defensa de colectivos en minoría y /o en exclusión social, con organizaciones que trabajan para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad (parálisis cerebral, síndrome de Down, etc), con fundaciones que investigan y luchan contra enfermedades como el cáncer, con quienes trabajan por los derechos de los niños. Además de colaborar en acciones contra el hambre, alza la voz ante países con dirigentes opresores, ayuda a organizaciones que luchan contra la destrucción del planeta, participa de forma económica en la reconstrucción de lugares arrasados por causas ambientales. Sumado a un largo etcétera.
“No somos personas ñoñas, sino personas con corazón y espero que tú seas pronto una de ellas”
En definitiva, el mundo necesita personas como él, pero eligiendo bien las palabras: no somos personas ñoñas, sino personas con corazón y espero que tú seas pronto una de ellas.
Qué importante es la reflexión sobre las cosas que decimos, y los juicios que hacemos. Ciertamente sería interesante que a la hora de responder a las opiniones de los demás, no fuéramos reactivos, y poco a poco sepamos ver que todo depende de las gafas con que se mire.
Precioso artículo. Qué suerte tiene Alejandro Sanz de contar con fans como tú. Realmente estamos todos al mismo nivel.