“Todo aquello que se puede imaginar, se puede crear”
Sin duda cada vez menos, pero es innegable que todavía se juzga por buena parte de la sociedad patriarcal en la que todavía nos encontramos, la libre expresión verbal y corporal del sexo en la mujer.
Nací en los 60, durante el Baby Boom y el comienzo de la libre exploración en los terrenos hasta ese momento limitados del amor y del sexo. Aunque mi adolescencia comenzó con la muerte de Franco, y el comienzo de la democracia. Con tan solo 12 años cuando todo comenzó a cambiar en España, afortunadamente hay que decir. Más exactamente en Barcelona, dónde yo me encontraba. Mi curiosidad me llevó a consumir revistas y libros que hasta ese momento estaban totalmente prohibidos. Como toda nueva generación adolescente, no era posible identificarme con mis padres y los adultos que me rodeaban, pero sí mirarme en ellos como referencia de lo que sí, y lo que no quería ser o hacer. Y una de esas curiosidades era el sexo, como no. La otra los hombres, jeje, no sé si me siguen pareciendo un misterio, o muy al contrario, de un simplista excesivo. El caso es, que sobre el sexo leí, aprendí, escribí, hable, y practiqué. Sin duda, los placeres son para eso, y personalmente siempre me gustó saber al respecto. Por supuesto también por prudencia, pues el sexo también puede convertirse en una fuente de dolor e insatisfacción si no lo gestionas adecuadamente.
Hay quienes dicen que para ellos o ellas, es una necesidad practicarlo, y quizás soy afortunada, ¿o no? Porque a pesar de mi curiosidad, para mí nunca lo fue, ni lo es. Para mi es una forma de relacionarnos con nosotras mismas, con los demás, de explorar y re-conocernos, de compartir, de descubrir, de experimentar la magia del amor. Y como no, de imaginar y de crear; espacios, escenarios, y situaciones en que la sensualidad desborde nuestros sentidos. Sin duda, siempre hemos sabido, que el sexo está en nuestra cabeza, y no en nuestros órganos genitales. Cada centímetro de nuestra piel puede sentirlo, desearlo e inundarnos de placer.
En mi siguiente artículo quiero os compartiré un relato que escribí pensando en el hecho de que somos muchas las personas, y en especial mujeres, que optamos cada vez más por una vida sin pareja, llenando esos espacios y nuestro tiempo, con muchas otras cosas que nos apasionan, y que en ocasiones relegamos o dejamos de hacer cuando la tenemos. Sexo en solitario, tirando de la imaginación, una fantasía, o un recuerdo. No os perdáis, el audio que le acompañará, pues posiblemente el oído sea el sentido que provoque una de las mayores olas de excitación y placer.
Espero y deseo que os guste. Buen provecho, jejeje