Cuando escucho a alguien lamentarse o constantemente quejarse, que la vida no es justa, que no hay oportunidades para todos o que se es tan pobre que ni siquiera se puede asistir a la escuela, pues déjenme decirles que ninguna de las circunstancias que puedan pasar por tu mente son limitantes o pretextos, aunque suene cruel.
Por eso mejor voy a platicarte un poquito acerca de personas que no tuvieron los medios como tal o incluso que no asistieron a la escuela, pero nada los limitó, AUTODIDACTAS los llaman, pasaron a ser personas extraordinarias que aportaron gran progreso a la humanidad.
El conocimiento es ilimitado y está ahí en un simple libro, en una biblioteca a la vuelta de la esquina, en la sala de tú casa, en internet, en un bazar, sólo necesitas querer saber.
William Faulkner
Faulkner tuvo casi desde siempre una personalidad que no encajaba con la disciplina. En su adolescencia le importaba poco la escuela, que abandonó a los quince años. Más adelante, empleado en una oficina de correos, lo despidieron porque leía durante la jornada de trabajo. A los 22, tras sólo un año y medio de matricularse, dejó la Universidad de Mississippi. Pero el caso es que Faulkner acabaría ganando el Nobel de literatura.
Ray Bradbury
Considerado como uno de los grandes nombres de la ciencia-ficción, Bradbury no fue a la universidad y, en contraste, como él mismo declaró, se “graduó en la biblioteca” a los 28. De hecho, su inmenso amor a la literatura puede verse en obras como ‘Fahrenheit 451’ o ‘Crónicas marcianas’.
Jorge Luis Borges
Este gran escritor jamás acudió a la escuela de letras. Acerca de esto el autor comenta: “Si tuviera que señalar el hecho capital de mi vida, diría la biblioteca de mi padre. En realidad, creo no haber salido nunca de esa biblioteca. Es como si todavía la estuviera viendo…”. Borges aprendió leyendo y fue un niño particularmente curioso, ya que desde muy pequeño supo leer y escribir.
Thomas Alva Edison
A los ocho años Edison entra a la escuela. Después de tres meses de estar asistiendo, regresó a su casa llorando, informando que el maestro lo había calificado de alumno “estéril e improductivo”.
En Detroit el tren hacía una parada de seis horas, las cuales aprovechaba pasándolas en el salón de lectura de una Asociación de Jóvenes, comenzaba por leer el primer libro que se encontraba en el anaquel inferior y seguía por orden con los demás hasta terminar con toda la hilera.
Edison no quedaba satisfecho con sólo leer, y comenzó a realizar diversos experimentos basándose en lo que leía en los libros de Ciencia. Utilizaba un vagón vacío como laboratorio.
Si crees que no tienes oportunidad alguna te sientas inspirado por estos hombres y salgas a buscar el conocimiento que es gratis e infinito, además hará que tu cerebro sepa buscar oportunidades.