La cantante de Pensilvania (Estados Unidos) ha doblado su fortuna desde que empezó ‘The Eras Tour’, de 500 a 1000 millones de euros con la gira de conciertos más taquillera del momento
A más de 30ºC, con abanicos, botellas de agua y llenas de brillos y purpurinas, las fans de Taylor, llamadas ‘swifties’, esperan durante horas para pasar al Estadio Santiago Bernabéu a ver a la diva del pop actual. Las entradas oscilan desde los 85 euros hasta precios desorbitados de reventa, “yo he pagado 1.000 euros por entrada y vengo con mis dos hijas desde Londres, es muy caro pero hay que aprovechar la ocasión”, cuenta esta mujer en inglés y visiblemente emocionada minutos antes de entrar al estadio.
El 90% de las personas de la fila para ver a Taylor visten con looks que representan cada álbum de la artista, ‘’yo vengo disfrazado de Peter Pan, en referencia a la canción de Peter del disco ‘The Tortured Poets Department’, comenta Pedro a la gente que ha conocido en la cola para entrar a la zona de pista del concierto y tras venir solo desde Galicia.
La cantante que se sitúa en el top del pop mundial del momento actúa hoy y mañana, 30 de mayo, en el nuevo Estadio Santiago Bernabéu de Madrid en el marco de la etapa europea de ‘The Eras Tour’, que incluye más de una veintena de fechas y finaliza el 17 de agosto en Londres. ‘’Yo creo que han hecho el nuevo estadio para que Taylor ofrezca sus conciertos, esto es historia’’, dice Pedro eufórico y expectante mientras espera a que los auxiliares de seguridad le indiquen que puede moverse para avanzar en la fila.
Taylor visita Madrid trece años después, en 2011 lo hizo en el Palacio de los Deportes, ahora Wizink Center y sólo ante 5.000 personas para presentar su gira ‘Speak now’. Ahora, más de 120.000 personas disfrutaran de Swift durante los dos días. Cada concierto deja ingresos brutos cercanos a los 15 millones de euros solo en entradas y en estas dos noches se espera que la cantante recaude 20 millones de euros. Además, hay que sumarle los ingresos que obtenga de su merchandising, donde hay pulseras y ropa inspirada en las etapas de Taylor.
El dinero que Taylor aporta a la economía de las ciudades dónde actúa
‘’En Miami una entrada para ver a Taylor puede llegar a costar 3.000 dólares y en Madrid, no llega a 1.000’’, relata una mujer mientras se abanica en la cola junto a su hija tras viajar desde New Jersey por la mañana solo para ver a Taylor. ‘’Vamos a aprovechar la estancia para hacer turismo y ver Madrid y Segovia, continúa esta ‘swiftie’.
A cada concierto de Swift acudirán más de 60.000 asistentes y cada uno de ellos, se gastará una media de unos 280 euros en alojamiento, restauración y ocio, además de una estancia de dos días mínimo, según datos de Hostelería Madrid.
Los dos conciertos suponen una gran inyección a la economía de Madrid. La ocupación hotelera se incrementa un 15% respecto a fechas similares y se han encarecido un 23% los precios. Además, plataformas de viajes como Bla Ba Car prevé un crecimiento inusual del negocio durante los dos días de conciertos con más de 20.000 viajes a Madrid en coche compartido.
Los beneficios que provoca el huracán Taylor Swift tienen un térmico propio: ‘swiftonomics’. El impacto de las ganancias económicas que la cantante va a provocar en Madrid se ha valorado en 20 millones de euros, según indica ‘Telemadrid’.
Tras horas de cola desde la plaza de Cuzco, en el Bernabéu se respira emoción por entrar, gritos y carreras de todos los fans, John y William, que vienen desde Venezuela se han quedado parados justo en la última fila antes de entrar al estadio, y mientras preguntan a las auxiliares de seguridad el tiempo que les queda para pasar, comentan a ‘sus conocidos’ de la fila que han conocido a una chica que pagó 8.000 dólares por la entrada de un concierto en Estados Unidos, y ha venido a Madrid porque aquí por ese dinero pagan cuatro entradas más alojamiento. ‘’Yo no pagaría tanto dinero, pero se podría aproximar, esta es mi segunda vez en un concierto de Taylor y es espectacular’’, afirma.
Mientras las ‘swifties’ esperan, a un lado de la cola se encuentra Esther Moya, una pintora y tatuadora, que durante seis horas pinta un lienzo de Taylor para luego sortearlo entre sus seguidores de Instagram, aunque su intención es hacerle llegar el retrato a la cantante. ‘’Ya he dado lienzos a Bad Gyal y Rels B, a través de sus respectivos mánager, pero Taylor es más especial y es mucho más difícil’’. Esta joven de Madrid realiza esta actividad con el único fin de entretener al público.
Aunque el principal entretenimiento de las ‘swefties’ antes de entrar al espectáculo es intercambiar pulseras, o como llaman los fans de la de Pensilvania, ‘pulseras o brazaletes de la amistad’. ‘’Taylor une y todas las fans formamos una comunidad’’, relata Sara junto a sus amigas, todas ellas de 22 años que han venido desde Asturias solo para ver el concierto. ‘’Teníamos las entradas para Lisboa que fue el fin de semana pasado, pero las vendimos y vinimos a Madrid que nos viene mejor’’, cuenta la joven que va vestida de rojo con una corona de flores por uno de los álbumes de Taylor. Las chicas, a las que no le falta el maquillaje y la purpurina afirman haber comprado la entrada vip por 389 euros, ‘’a pesar de que es muy caro, estaríamos durante muchos meses ahorrando para poder venir al concierto’’.
Taylor Swift es una máquina de hacer dinero, con tan solo 34 años, llegó a aportar ella sola el 0,37 % del crecimiento nominal del PIB de EEUU. ‘En cualquier país de Estados Unidos, las entradas para ver a la artista cuestan 1.000 dólares y en Madrid unos 400 euros’’, relata en inglés una joven que espera junto a sus amigas en un banco a la sombra debido a las altas temperaturas.
Mientras las fans esperan, Taylor descansa en una suite del hotel de lujo Villamagna de Madrid que cuesta alrededor de 25.000 euros la noche y cuenta con 350 metros cuadrados. El alojamiento también dispone de una terraza más grande que muchos pisos de la capital.
El dinero que generan las reventas en eventos multitudinarios
Fuera de la muchedumbre y al grito de ‘venta de tickets’, se encuentra Mohamed, un joven de 22 años que se gana la vida en la reventa. ‘’Somos un grupo de ocho amigos que nos dedicamos a vender entradas de fútbol y hoy es la primera vez que vendemos de conciertos, tenemos cuatro entradas para ver a Taylor Swift a 500 euros cada una’’.
El joven vende los tickets delante de la policía sin generarle ningún problema, ‘’nosotros nos asociamos a la policía porque les avisamos cuando hay carteristas y de esta forma, hacen la vista gorda a nuestro trabajo’’, explica Mohammed que lleva colgada una riñonera donde guarda las entradas.
Los amigos comenzaron a trabajar en la reventa cuando tenían 13 años y se dedican a ello profesionalmente desde hace cinco. ‘’Nuestros padres tenían pocos recursos y de vez en cuando nos ganábamos 50 euros, ahora ya nos dedicamos a ello de forma seria’’, cuenta el joven. Además, este grupo vende entradas por Internet y sueñan con crear algún día una empresa de reventa de forma legal.
Con otra ilusión diferente a las que tienen ‘las swifties’, Mohammed intenta junto a sus compañeros vender las cuatro entradas esta tarde ‘’hay meses que nos va bien, pero otros tenemos que comer una lata de atún con pan’’, finaliza el chico, mientras un hombre de la zona que ya conoce y se dedica a la reventa le pregunta a cuanto vende las entradas para conseguirle clientes entre la multitud y llevarse a cambio una comisión.
Swift tiene 14 Premios Grammy, es considerada ‘Persona del Año’ por la revista ‘Time’, es la primera mujer que tiene cuatro álbumes que están simultáneamente en el top 10 de la lista top 200 de Billboard, tiene 108,2 millones de oyentes mensuales en Spotify y más de 115 millones de álbumes vendidos. El fenómeno mundial Taylor aterriza en Madrid para ‘poner patas arriba la ciudad’ y hacer historia con su quinta parada de la gira en la que se prevé más de 60.000 asistentes por concierto. La cantante de éxitos como ‘Cruel Summer’ o ‘Shake it off’ interpretará en cada actuación 45 canciones durante tres horas y media de concierto y 15 cambios de looks, uno por cada “era” de la artista.
