Recién empecé hace unas semanas a ver la serie de Anne with an E que ofrece la plataforma Netflix y quedé encantada con mi elección. No es la serie típica a la que estamos acostumbrados a ver todo el tiempo, nada absolutamente nada tiene que ver con ciencia-ficción ni con armas, ni acción , ni narcotráfico, ni el mundo socialicé, ver la serie de Anne es la mismísima sensación de coger un buen libro y sentarte a leerlo, y no un libro cualquiera, estarás de pronto leyendo al más puro estilo de los clásicos londinenses, viniendo a tu mente obras y películas como “Orgullo y prejuicio”, “ Jane Eyre” y por qué no ya que andamos en las mismas hasta “ cumbres borrascosas “ pueda pasar por tu cabeza.
Es una serie que transcurre lento, entre lo real, crudamente real y lo pictóricamente bello del paisaje donde transcurre. Pienso que tomarte el tiempo de ver esta serie funciona como una especie de desconexión con el tiempo, y claro por qué no un traslado a la época campirana del siglo XIX . Si tu estas esperando ver acción en este serie no lo encontraras, no encontraras tampoco suspenso ni uso de armas, pero si una historia cautivadora y reflexiva de la naturaleza humana, de la vida en épocas pasadas, la crueldad con la que solemos emitir juicios y la gran capacidad que tenemos los seres humanos para destruir los sueños, y aquí quiero hacer un paréntesis porque no puedo evitar compartirles un fragmento que recientemente leí de Albert Camus , que viene muchos a colación con la serie, ya que nuestra protagonista es una bella niña duramente juzgada por la sociedad de la época, el texto de Albert dice así :
Créame, las religiones se equivocan a partir del momento en que hace moral y fulminan con mandamientos. No se necesita a Dios para crear culpables y castigar. Nuestros semejantes bastan, ayudados por nosotros mismos. Usted ha hablado de Juicio Final. Permítame que me ría respetuosamente. Le estaba esperando a pie firme: he conocido algo mucho peor, que es el juicio de los hombres. Para ellos no hay circunstancias atenuantes, incluso las buenas intenciones son imputadas al crimen.
Sentipensar es la palabra que mejor describe la serie, bajo una apariencia de lentitud y cautela, la serie puede ser disfrutada bajo las influencias del romanticismo, diálogos traídos a la mesa con el mero propósito de ser empalagosamente cursis, con mil y un mezclas de sentimientos podemos cuestionarnos ¿qué tanto cambio hemos tenido como sociedad?, ¿qué tanto hemos realmente progresado en cuestiones de igualdad de género? , al hablar de educación progresista ¿no la estaremos confundiendo con otros disparates?, en temas de adopción qué tanto apoyo brindamos como sociedad, religión, etc. Nadie debería y menos a la edad de Anne tenerse que inventar una realidad paralela para poder sobrevivir, depender de tu capacidad imaginativa para soportar el mundo es sumamente despiadado. Apelo a todos los sentimientos que la serie puede causar en nosotros para sacar un cumulo de cosas buenas de la televisión.
La historia de una niña singular, llena de gallardía, esperanza e ilusión, abordando temas controvertidos y adelantados para su época hará que disfrutes este rodaje al puro estilo de los grandes clásicos.
Ojalá den la continuidad de ésta serie maravillosa. La cual nos muestra como disfrutar de todo lo que tenemos. Naturaleza. Sus estaciones. El maravllarnos por cada mínimo detalle de belleza q nos rodea. Dar un profundo suspiro,mirar hacía el cielo y quedar sumergidos en un bienestar pleno
Si pero es una lástima que una serie como esta no sea renovada para una temporada más, la historia ha quedado incompleta.