Esos que quedaron allí.
Allí y aquí,
en mí.
Besos pequeños,
pero intensos.
Y locos,
locos por ti.
Besos que recorrerían tu cuerpo,
dejando el sabor en mí.
Esos que erizan la piel,
haciendo que pidas más,
estremeciéndote…
Esos,
esos son los que perdiste de mí.