Todavía recuerdo la primera vez que en mi círculo de confianza dije en voz alta que se iba a producir una serie basada en las memorias de Cristina, La Veneno “¡Digo! Ni puta ni santa” escrito por Valeria Vegas. A pesar de mi emoción la primera reacción no fue la que esperaba “¿En serio?”, “Vergüenza ajena”. Miento si no digo que me molestó, pues la emoción que sentía se rebajó igual que un cubata con hielo después de media hora. Encerrada en mi mosqueo, pensé, esta persona desconoce la historia de Cristina, como la mayoría de la gente. Así que encontré otra motivación más para que se hiciera esta serie.
“La Veneno, primera trans que se plantó frente a la pantalla sin tapujos y dio visibilidad a todo el colectivo”
Con una fórmula inteligentemente planteada, la serie nos presenta dos hilos conductores de la historia, Cristina y Valeria. Dos personas que, en diferentes momentos vitales, convergen en un mismo punto, tal como sucedió en la vida real. Y es este punto donde empieza el capítulo 1. Con un monólogo de Mariona Terés que bien podría trasladarse a la vida de cualquier persona. Pero Mariona habla de cuatro paredes, cuatro paredes que nos presentaron a Cristina, cuatro paredes protagonistas en todos los salones de los años noventa, la televisión.
Los primeros minutos del mundo televisivo permiten que nos acerquemos a la cultura popular española contemporánea, la época dorada de la televisión. Recobramos la nostalgia de tiempos mejores, aunque no para todos. Muy atrás quedaba la visión de la transexualidad en España, en aquella época en nuestro país se trataba el tema en tono de mofa. A la gente le faltaba y le falta información, libros, artículos, entrevistas, programas… y aquí es donde entra La Veneno, haciendo su primera aparición en el programa de Pepe Navarro, el presentador estrella del momento. De una entrevista para un reportaje pasó a convertirse en un icono de la televisión de los noventa, que ahora forma parte de la memoria colectiva de toda una generación. La primera trans que se plantó frente a la pantalla sin tapujos y dio visibilidad a todo el colectivo.
“Hoy sabemos que a Cristina le dieron una oportunidad que sirvió para que otras muchas más la tuvieran”
Alrededor de hacia la mitad de su vida, una estrella se queda sin hidrógeno, el núcleo se convierte enteramente en helio y la estrella declina, se vuelve más fría y brillante y luego muere. Un paralelismo acorde a lo que fue la vida de esta estrella de la televisión, pues la fama es caprichosa y muchas veces cruel. Y de esta manera, Javi Calvo y Javi Ambrossi impregnan con una audacia narrativa al relato que, tras un excelente comienzo, se torna tan cambiante como provocador en sus formas, con una mirada satírica detrás de los focos que, no obstante, las polémicas que pudiera despertar, terminan siendo una atractiva fábula del alto coste de la fama, en especial a aquellas personas que se inician en esta carrera de fondo presionadas por exigencias comerciales.
Muchas han sido las víctimas de este modelo por cuanto sus vidas las dirigen otros, encargados de elaborar un sistema egocéntrico en torno a los artistas. Pero hoy sabemos que a Cristina le dieron una oportunidad que sirvió para que otras muchas más la tuvieran. Muchas más mujeres como yo. Porque al final, naciendo donde hayamos nacido, naciendo como hayamos nacido somos eso, mujeres. Defiendo mi derecho a que esta serie me duela, os duela, me emocione a la par que os emocione y permita en los tiempos que corren, seguir reflexionando sobre el grado de humanidad que existe en cada uno de nosotros.
“Javis, gracias por dar la bienvenida de nuevo a Cristina”
Esto ha sido un viaje de descubrimiento y a su vez de autodescubrimiento, pues en cada una de las mujeres que han participado en la serie, he conocido una mujer diferente, y no por ello menos auténtica. Gracias por emocionarme Valeria, Lola, Isabel, Jedet, Daniela, Virginia, Alex, Elena, Patri, Carmen, Ana, Paca, Mariona, Paula, Mariló, Laura, Elsa, Ángeles, María José y un largo etcétera. Gracias a todo el equipo sea del sexo que sea.
Valeria, gracias por escribir su historia, tu historia y la historia de muchas. Desde aquel abrazo de noviembre, te sigo dando las gracias por permitir que Veneno vuelva a existir en nuestras pantallas. Javis, gracias por dar la bienvenida de nuevo a Cristina.