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Seis tipos de hombres

6 tipos de hombres, por Erika Jensen

1.- EL PRIMER AMOR: Si mi memoria no me engaña, tenía 13 años cuando recibí mi primero beso, estaba tan nerviosa, que creo que dejé de comer por una semana después del “incidente”. Esas ilusiones, juegos pirotécnicos, todo lo que se sueña; lo viví y, aunque ahora no me va tan bien en ese área, mi primer beso fue como se supone debería ser, me hizo sonreír y se convirtió en un bello e inocente recuerdo al que recurro en esos momentos donde necesito la paz y seguridad de esa sensación. ¿Tienen idea de la cantidad de días y noches enteras que puede uno pasar viendo su interior, evocando recuerdos, haciendo acuerdos, cruzando retos, armando estrategias y tomando decisiones con tal de no dejarse caer y sufrir por esos temas del corazón? Específicamente no sé cuántos, pero sí puedo dar fe de que son una buena cantidad. Y a la final, cuando ya no se te ocurre nada más que hacer, regresas a ese recuerdo, ese primer beso que fue tan simple, pero tan sincero, tan honesto tan real.

2.- EL JUGÓN: A medida que las generaciones evolucionan las relaciones interpersonales se vuelven, según mi experiencia, más complejas y encuentras especímenes de todo tipo. Algunos que solo quieren la vida loca, súper buenas compañías para el bailongo, las salidas y los momentos no planeados, pero con la fuerte incapacidad de llegar a nada más, porque ellos están en la cancha por el juego, no por el marcador.

3.- EL INTENSO: Luego te encuentras con los intensos, los que quieren todo y lo quieren ya, los que te respiran en la nuca y aspiran a conocer cada minuto de tu día, los que prefieren estar contigo, pero parecen pulpos que te cierran todas las puertas mientras te sostienen y logran hacerte dudar sobre tu capacidad de respirar, los que se olvidan de que la ganancia de una relación esta en combinar dos mundos diferentes, en lugar de querer copiar y vivir una sola realidad, de estos hay que zafarse de a poquitos como quien no quiere la cosa, algo así como que casi ni se den cuenta, porque luego te pueden presentar chantajes emocionales que, créeme, no quieres lidiar.

3.- EL ALFA: Por otro lado están los Alfa, aquellos que son buenos en todo lo que se proponen, los que te provocan una efervescencia cerebral, los que construyen historias apasionantes, vidas de película, estabilidad y prioridades establecidas. El problema es que estos especímenes ya están cocinados y entrarles es una experiencia interesante. No necesitan nada, porque lo tienen todo en sí mismos, y esa independencia y libertad se convierten en sus principales atractivos. El problema con los Alfas es que pueden ser egoístas, moverse por capricho y actuar con algo que se puede convertir en indiferencia. Cuidadito con mostrarte demasiado interesada o hacer preguntas como “¿Qué vas a hacer hoy?”, porque se les encienden todas las alarmas y gritan “CONTROL CONTROL, esta mujer me quiere CONTROLAR”. Con frases como “siento que no puedo darte lo que tú necesitas” hacen su salida triunfal por la puerta grande y tú te quedas con un enorme signo de interrogación porque no sabes esa de dónde salió.

4.- EL LIBRE: Claro esta que hay especímenes que resultan de la mezcla entre cada uno de los que aquí te comparto. Algunas de esas categorías que merecen menciones honoríficas podríamos incluir son: Los que buscan un punto de estabilidad pero con la libertad de ir de aquí para allá, los que prefieren no decirte que desean libertad y te envuelve en un montón de bonitas palabras sobre relaciones abiertas mientras tú te comprometes: él anda por la vida probando una serie de flores que no están en tu jardín; los que te quieren porque eres fabulosa pero en el camino se dan cuenta de que tu fabulosidad les supone una amenaza y no quiere tomarse el esfuerzo de evolucionar contigo.

5.- EL CARENCIAS: También tenemos a los que andan buscando sustitutos: tenían familia, la vida se la diluyó y te ve como la pieza que le falta a su puzzle. Te conviertes en el “todo incluido” que suple su pérdida.

6.- EL INDECISO: Y, por supuesto, no podían faltar los indecisos: los que te aman, pero no quieren cambiar, los que te hablan bonito pero no actúan como esperas, los que reconocen, pero se les olvida, ese es un caso. La verdad es que preferiría mil veces regresar a ese momento del primer beso y caer en un “loop” eterno. Entonces todo tenía un sentido, no había que leer entre líneas, no tenías que tramar estrategias, las cosas eran como se supone que debían ser.

Dejemos ese sueño para otra ocasión. Pero como dicen que la vida se vive mejor en pares, seguimos en el frente de lucha, ahora con menos paciencia, más fortaleza y, tristemente, menos esperanza; con la disposición de que el dicho:

“Dale tiempo al tiempo que lo que es para ti llegará”

Se trata de una profecía que sabiamente vivirás. Tomamos cada nuevo beso, como esa oportunidad y si el sapo no se convierte en príncipe, al menos disfrutemos la experiencia.

Erika Jensen

Productora y presentadora de TV con ganas de comerse el mundo.

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