Nunca acostumbro a ver las películas cuando salen porque me gusta mantenerme lejos del prejuicio. Eso, o porque soy un ser demasiado influenciable. Por eso vengo ahora con Fallen Leaves. Dirigida por Aki Kaurismäki, es una encantadora y melancólica historia sobre dos almas solitarias que se encuentran por casualidad y tratan de descubrir el primer amor de sus vidas. Esta película se suma a la serie proletaria de Kaurismäki, llevando su característico estilo simple y sutil al siguiente nivel.
Es una película sencilla, casi minimalista, pero con un impacto profundo. Se trata de una comedia romántica muy diferente de las que solemos ver en Hollywood. El ritmo pausado, su humor seco y el juego de las miradas por encima del diálogo es lo que más destaca de la película.
La historia sigue a una pareja que constantemente se encuentran y se pierden, tanto física como emocionalmente. Ambos están atrapados en un ciclo de perder trabajos y oportunidades, lo que les impide establecer una conexión sólida. Esta constante inestabilidad tiene un aire de fábula, una narrativa simple pero profunda que podría perfectamente formar parte de un libro de cuentos. Los personajes se encuentran, se pierden y vuelven a encontrarse, creando una dinámica encantadora a la par que frustrante.
El humor de Kaurismäki es muy característico, tiene su propio toque, una forma de presentar situaciones absurdas de manera tan tranquila que no puedes evitar reírte.
Lo que realmente me encanta de esta película es cómo Kaurismäki utiliza imágenes sencillas pero poderosas para contar su historia. Hay una escena en la que Holappa se mira en un espejo roto, una imagen que ilustra perfectamente su identidad fragmentada. Este tipo de simbolismo está presente a lo largo de la película, y aunque es fácil de entender, nunca lo sentí forzado.
La película está desconectada de la tecnología moderna, aunque está ambientada en la actualidad. Hay detalles como la transmisión de la guerra en Ucrania a través de radios antiguas que refuerzan esta atmósfera atemporal. Esto le da a la película un aire casi nostálgico, como si todo estuviera ocurriendo en un espacio aparte del mundo moderno.
Fallen Leaves es una película que, a pesar de su simplicidad, logra transmitir mucho sobre la naturaleza humana. Es una fábula moderna sobre el amor, la soledad y la lucha por encontrar un lugar en el mundo. Una película corta pero efectiva, es el tipo de película que puedes recomendar a cualquiera, incluso a aquellos que no están acostumbrados a ver cine internacional, porque su humor y su narrativa son universales.
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