fbpx

Querida fibromialgia

Querida fibromialgia,

No sé cuándo decidiste entrar en nuestras vidas, pero desde el momento en que llegaste, algo cambió. No viniste anunciada, ni pedida, pero de alguna manera te instalaste, te colaste en cada rincón de nuestro ser, y ahí estás, presente, aunque invisible para muchos. Nos has enseñado que el cuerpo no es solo un recipiente físico, sino que lleva consigo emociones, tensiones, recuerdos. Nos has hecho entender, aunque de la forma más dura, que nuestra salud no es algo que se pueda ignorar.

La incomprensión ha sido una de las mayores luchas. Nos ha tocado ir de médico en médico, buscando respuestas, y en muchos casos, hemos sido miradas como si todo estuviera en nuestra cabeza. Nos han tratado como locas, nos han derivado de un especialista a otro, como si nadie quisiera implicarse realmente, como si nuestra enfermedad fuera solo una molestia que se puede ignorar. Pero hay algo que siempre permanece: el dolor es real. La fatiga es real. Y nosotras sabemos lo que sentimos, aunque los demás no siempre lo entiendan.

Sin embargo, también hemos tenido la suerte de encontrarnos con esos médicos que nos escuchan con el alma, que no nos juzgan y que nos ofrecen un espacio donde reflejarnos, aunque sea por un momento. Esos son los momentos que nos dan fuerzas, aunque no tengan todas las respuestas, porque el simple hecho de sentirnos escuchadas ya es un alivio.

Y cuando el dolor llega, nos enfrentamos a él con la misma incertidumbre de siempre. No sabemos cuánto durará ese brote, no sabemos si mañana podremos levantarnos o si el día será un desafío. La mascara que nos ponemos para que el mundo no vea lo que realmente sentimos, esa que intentamos mantener para no preocupar a los demás, se hace cada vez más pesada. Pero a veces, aunque queramos gritar, el silencio se convierte en nuestro único refugio. La soledad llega, el aislamiento se hace presente, y los planes que antes hacíamos se desvanecen como polvo. Nos quedamos en casa, muchas veces en cama, sin poder compartir con los demás nuestras luchas internas. Nos vemos atrapadas entre querer explicar lo que nos pasa y el miedo a no ser comprendidas.

Es difícil. Y lo sabemos. Pero incluso en esos días de dolor insoportable, hemos aprendido algo importante: hay una belleza en aprender a respetarnos, a cuidar de nosotras mismas, a darnos tiempo. No es fácil, no siempre lo conseguimos, pero lo intentamos. Y cada día, cada pequeño paso, es un acto de valentía.

Quizá la fibromialgia llegó para recordarnos que nuestro cuerpo también necesita ser escuchado, cuidado y respetado. Que no está mal tomarse un descanso, no está mal no ser perfectas. Nos has enseñado a valorar el descanso, a escuchar el susurro de nuestros cuerpos cuando nos piden algo más que cumplir con las expectativas externas. Y aunque a veces sea difícil aceptar, poco a poco estamos aprendiendo a vivir con vosotras, con todo lo que implica esta enfermedad, aunque no siempre sepamos qué nos depara el mañana.

A vosotras, mujeres que lucháis en silencio, que lleváis la carga invisible de la fibromialgia, quiero decir que no estáis solas. A veces, el dolor y la incomprensión parecen ser más grandes que cualquier cosa, pero vuestra fuerza es aún mayor. Cada uno de esos días en los que el dolor es imparable, cada uno de esos momentos en los que la fatiga parece ganar, es una victoria, porque seguir adelante, a pesar de todo, es un acto de valentía.

Ojalá el mundo comenzara a ver la fibromialgia de forma diferente, con una mirada más integral, que considere el cuerpo, la mente y las emociones como una totalidad. Porque la fibromialgia no es solo un dolor físico; es una enfermedad que afecta a todo el ser. Y ojalá los médicos, cada vez más, nos traten desde una visión holística, con la comprensión de que hay más que lo que se ve.

Así que, aunque no siempre sea fácil, sigamos adelante. Sigamos aprendiendo a cuidarnos, a amarnos, a darnos el tiempo que necesitamos, y a seguir creciendo en medio del dolor. Porque, aunque todo parezca un desafío, cada día es una oportunidad de vivir con más conciencia, más amor propio y más valentía.

Zayra Abascal

Mamá PAS, terapeuta consciente y reflexóloga vital con un alma lleno de magia

Comentarios

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Responsable de los datos: Square Green Capital
Finalidad: Gestión de comentarios
Legitimación: Tu consentimiento expreso
Destinatario: servidores de Siteground
Derechos: Tienes derecho al acceso, rectificación, supresión, limitación, portabilidad y olvido de sus datos.