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¿Qué pasa si no somos jóvenes, delgadas y guapas?

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¿Mujeres y hombres de mediana edad luciendo dientes hiper blancos, alineados y simetricos? ¿Mujeres sin celulitis, estrias ni vello? ¿Hombres y mujeres de 35 años sin arrugas ni canas? ¿ Nadie con 3 kilos de más? ¿Nadie calvo?  ¿Nadie asimétrico? ¿Todos iguales? ¿Son de este planeta? ¿Porque mi piel no luce tan bien como la de la señora de 70 años que aparece en la publicidad de crema antiedad? Los medios de comunicación, las marcas, la moda, la publicidad, las redes sociales, el consumismo y el mundo de los negocios establecen que ser bello hoy es ser jovén, guapo y delgado. Si estas dentro de estás categorías bien, y si no lo estás? Aunque los cánones de belleza han cambiado a lo largo de los siglos, me pregunto ¿qué pasa si no somos jóvenes, delgados y guapos?

“Aunque esto no es nuevo, se hace más latente en plena era ‘selfie’ y con plataformas como Instagram”

Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco,  indica que la valoración del autoestima en la actualidad gira en torno a tres intereses: ser delgados, jóvenes y atractivos. Advierte que hay una gran preocupación por el culto al cuerpo, es decir, una persona se siente mejor cuanto más atractiva se ve. “aunque esto no es nuevo, se hace más latente en plena era ‘selfie’ y con plataformas como Instagram” aclara. La cada vez más popular red social cuenta con más de 1.000 filtros: puedes poner tu cara como la de un bebé, sacarte 30 años, lucir pestañas densas y túpidas, ponerte corona, ser Reagan del exorcista, cambiarte el color de los ojos y muchos efectos más que te hacen lucir como quien no eres.

Andrea Renzullo, antropólogo, destaca el rol de las redes sociales como vehículos de modas: “ahora tenemos más cerca a nuestros referentes de belleza, en personas comunes, lo cual convierte a los cánones en alcanzables”. Afirma que las nuevas generaciones están siendo capaces de redefinir el significado del cuerpo en la sociedad y en el espectáculo.  

Gabriela Díaz Denza, psicóloga, aclara que no identifica un modelo impuesto desde lo social, sino que los indivduos siguen sus propios modelos que los convierten en únicos y distintos. “Esto hace que las personas se sientan con mayor libertad de expresar con sus cuerpos una belleza particular”, sostiene. La presencia de seres diversos en publicidades son indicadores de un proceso de transformación que aunque rompe con las estructuras más conservadoras, queda camino por recorrer. 

Jesica Falcone, esteticista en Jolie Salón Spa y artista en maquillaje permanente en Trucco Skin (E.E.U.U.), indica que a pesar de que lo considerado bello, social y culturalmente, sufre cambios, la juventud y el bienstar son constantes.  Explica: “el ideal de belleza ha cambiado y se va direccionando hacía un modelo de vida más sano, las modelos, por ejemplo, son personas con más forma, no extremadamente delgadas”.   

Sin duda alguna, la postmodernidad es el culto al individualismo pero existen ciertos términos que inducen a reflexionar sobre la influencia de los cánones, uno de ellos es el  body shaming , el cual hace referencia a la práctica en la que las personas critican o avergüenzan a otras por su apariencia física. Está basado en un concepto de crítica hacia la belleza que depende de quién lo ve y de factores circunstanciales, por lo tanto, es subjetivo.

Desde el culto a la imagen perfecta que estimulan las redes sociales con sus filtros y sobreexposición, la publicidad, los medios de comunicación hasta comentarios hechos para ayudar (“has adelgazado, estás más guapa” “estás más fondona” “estás muy flaca, parecés enferma”) el impacto en la salud mental y autoestima es indiscutible, en tanto el ser humano busca ser aceptado. Luchar porque el cuerpo se ajuste a estos cánones es dañino ya que implica compararse con algo irreal y, a veces, inalcanzable.

Otra palabra que invita a pensar es la midorexia, la cual aparece por primera vez en el 2016, en un artículo del periódico The Telegraph, y hace referencia al afán de ciertas personas de mediana edad por mantenerse y actuar como si fueran más jóvenes. La psicóloga de Therapychat, Pilar García Flórez,  explica que algunos lo identifican como un posible trastorno y otros con una actitud que puede ser positiva. Considera que los casos preocupantes son aquellos en los que existe una obesion que condiciona la vida: “su rutina y su comportamiento va encaminado a mantenerse joven, a pesar de que esto pueda provocar un deterioro en su vida social, familiar, laboral o en su salud”.

Es indiscutible lo positivo que es verse bien,  amar la propia imagén, gustarse, mimarse e invertir en la apariencia, pero si todo es tan perfecto o vamos por tan buen camino, ¿porqué aparecen estas palabras que tienen que ver con alguna actitud que afecta de manera negativa al autoestima?

Se dieron a conocer datos que indican mayor inversión y tiempo en lucir bien. En diciembre del 2021,  la ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética) publicó que la pandemia  de COVID 19, en el 2020, provocó  una disminución global del 1,8% para todos los procedimientos. Las cirugías plásticas con fines estéticos disminuyeron un 10,9%,  el 77,8% de los cirujanos a nivel mundial experimentaron el cierre temporal de sus prácticas mientras que procedimientos no quirurgicos siguieron en aumento, pero en proporciones menores a las observadas en años anteriores (5,7% en 2020, frente al 7,6% en 2019).

El presidente del Comité de Encuestas Mundiales de ISAPS, Arturo Ramírez-Montañana, dice: “Esta tendencia a la baja está en consonancia con una menor demanda de pacientes debido a las preocupaciones de seguridad y financieras durante la pandemia” .

Los procedimientos quirúrgicos más comunes en todo el mundo se mantuvieron igual: el aumento de senos representa el 16% de las intervenciones, la liposucción (15,1%), la cirugía de párpados (12,1%), la rinoplastia  (8,4%)  y la abdominoplastia (7,6%) . Los cinco principales procedimientos no quirúrgicos también se mantuvieron: la toxina botulínica (43,2% ), el ácido hialurónico (28,1%), la depilación (12,8%), la reducción no quirúrgica de la grasa (3,9%) y el rejuvenecimiento fotográfico (3,6%). 

Falcone afirma: “Las tendencias estéticas en los últimos tiempos han cambiado y rapidamente ya que la tecnología y las redes sociales las amplifican y globalizan casi instantáneamente” .Invertir dinero en la imagen, la búsqueda del bienestar físico y el deseo de verse bien son actitudes necesarias para desarrollar el autoestima, sin embargo, hay que tener en cuenta que no existen cuerpos perfectos.  Todos son diferentes y únicos,razón por la cual corresponde validarlos, es decir, tratarlos desde el respeto y cariño. Comprender que lo importante es que la estructura física y mental que sostiene a las personas esté sana y feliz, independientemente de las imposiciones sociales. Reflexionar y ser criticos sobre temas que si son importantes para el desarrollo y otros que lo perjudican.  Los medios, las redes, la moda, las marcas, las empresas y las influencias de estos factores dicen que ser lindo es ser jóven, guapo y delgado. Lo vemos en imágenes de hombres y mujeres con dientes hiper blancos, alineados y simétricos, mujeres sin celulitis, estrías ni vello, en hombres y mujeres sin arrugas ni canas, en pocos con 3 kilos de más ni 3 kilos de menos,en nadie calvo, en nadie asimétrico ¿todos iguales? Y ante esta pregunta, quizas esta cita de Francis Bacon pueda colaborar en la reflexión: “no hay belleza sin algo extraño en sus proporciones”.

Cristela Falcone

Italo argentina, viviendo en Madrid. Comunicadora social y actriz. Guerrera y no princesa.

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