Recientemente, con el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI, me vino a la memoria un libro de tinte empresarial con la mejor combinación y ejemplo que podría usarse para entenderse la vida y actuar de un líder, con esto me refiero a la vida de Francisco Bergoglio, debo confesar que ahora después de eso entendí qué es lo que hace al papa que brille con luz propia, y no hablo de una luz angelical ni de aquel brillo icónico propio de las imágenes de santos, hablo de la persona, hablo del ser humano encarnado en el papa. Su vida ha servido de gran ejemplo para trasladar a la vida diaria qué es lo que hace grande a un líder, qué se necesita para que la gente crea en ti, porque en un mundo de plástico y ruido ya nadie es de barro y silencio, como decía el maestro Hughes, eso es este hombre, antes que santo es un hombre que vino a enseñarles a los grandes líderes del mundo qué se necesita para conciliar , para sumar adeptos, para ganarte el respeto de todos simpatizantes o no, empresarios, políticos, jeques, presidentes, etc.
Alguien que ha roto todos los protocolos y paradigmas, alguien que se atrevió a poner en práctica, la frase que dice: “quieres lograr resultados diferentes, haz cosas diferentes”, ese es Francisco aquel que pronunció estas palabras en sus primeros discursos:
Dijo: “El único propósito de la Iglesia es salir de sí misma y darle al mundo la buena noticia de Jesucristo, ir a las periferias, no solo las geografías, sino también las existenciales: las del pecado, el dolor, la injusticia, las de la ignorancia y la indiferencia religiosa”. Agrego luego: “Pero la iglesia se ha encerrado en sí misma (…) Se ha vuelto autorreferencial y eso la enfermó (…) Sufre de una especie de narcisismo dentro de sí y no la deja salir (…) Es decir, hay dos imágenes de Iglesia, la que evangeliza y sale de sí misma, y la Iglesia mundana que vive en sí, de si y para sí. El próximo Papa debería ser alguien que ayude a la Iglesia a salir a las periferias. Estas fueron palabras que Francisco pronuncio en el vaticano antes de ser papa y el discurso de aquel día fue no solo bien recibido sino que cautivó los corazones y las mentes de los otros, tanto que el Cardenal Christoph SchÖnborn, le susurró al cardenal a su lado: “¡Es lo que necesitamos!”.
Cuando Francisco sale electo papa la respuesta tradicional había sido, durante siglos “Acepto”. Bergoglio dijo: “Soy un gran pecador. Confiando en la misericordia y en la paciencia y en el sufrimiento de Dios, acepto”. Este hombre ha logrado historia en la reconciliación de muchos feligreses y no creyentes con la iglesia católica, es el mejor ejemplo de líder y no por ser papa, insisto por sacar lo más ético y humano que puede tener un ser vivo y en su homilía más frecuentemente citada, se dirige a la Iglesia en conjunto así: “prefiero una Iglesia golpeada, adolorida, enferma y sucia porque ha salido a las calles, que a una Iglesia que este enferma de confinamiento por aferrarse a su propia seguridad. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine atrapada en una telaraña de obsesiones y procedimientos”.
Es sorprendente la vida de este hombre, los invito a leer su larga trayectoria, seguro podemos todos tomar ejemplos porque hay muchos, cite pocos, todos nos podrán servir para dirigir nuestras vidas. Y hago la aclaración no estoy hablando con tintes religiosos sino de cualidades humanas y de lecciones de humildad y tolerancia.