Ama lo divergente porque aprende del diálogo, la escucha y el debate.
Dice que no es docente, sin embargo, educa por placer y por encargo
cuando encuentra un motivo azul que late en la letra imperfecta del vacío.
Y si algún agorero o impaciente (crónico residente en el gris río
de aparente e insólita respuesta), desoye la pregunta que se gesta
en el silencio lógico del tiempo, él le pide paciencia… simplemente.
Ramas de un mismo árbol… somos eso,
incansable repite en negro y blanco,
rojo, verde, amarillo… un solo rezo.
Ama lo divergente porque sabe
que en cada diferencia está la clave
para entender aquello que nos une.
Silvia Gabriela Vázquez
*Mi poema está inspirado en la filosofía Ubuntu practicada por Nelson Mandela, cuyo Día Internacional se celebra cada 18 de julio.