Aquí persistes tú, vistiéndote el cerebro de carácter, personalidad y valentía.
Y desvistiéndote el alma de libertad.
Porque no importa de dónde vengas, lo importante es lo que tú tengas por dentro.
Y la libertad no es un terreno que recalificar, es la capacidad que tú tienes para dejar en carne viva tu luz.
Y lo que haces con tu libertad y con tu actitud es absolutamente transversal.
Digna libertad, que hace que recuerdes que un día estabas suspendida en medio del Universo. Dichosa libertad, que te construye primaveras en el estómago y es un grito para frenar todas las adversidades.
Sigue agitando tus alas en las manos del cielo.