El corazón almacena historias de emociones diferentes.
Siente cada una de las palabras que se grabaron alguna vez.
Un amor que llegó y se quedó, una casualidad
fugaz que hirió pero me hizo aprender del dolor.
Millones de hojas escritas, alguna que corta
y hace heridas pero otras te acarician como el aire
que proviene de la brisa del verano.
Pasados los años, seguimos sumando y restando
momentos, crecemos y acogemos hacia
el corazón lo que nos pasa…
El libro de nuestro interior nunca deja
de escribirse, no para.