Me das toda la vida
y me la quitas de un plumazo.
Me sostienes cada día
y me ciñes en tu abrazo.
Sales y entras sin miramiento
Como si no llevara ningún tormento
Como si no sufriera en el intento
Como si nada de esto fuera incierto
y yo lucho en el esfuerzo en no darme de bruces.
De quererte sin tapujos ni disfraces
Dejándote hacer y bebiendo de ti
Tentada a huir pero atada en el sí.
Queriendo vivir con el ritmo del viento
y en el calor de tu aliento.
Pero sufro.
Sufro en silencio y en conciencia.
Por lo que pueda o no pueda ser.
Por lo que queremos sentir y no repetir.
Por verte conmigo sin saber cuándo dejará de ser todo lo que somos
y fuimos.
Me debato en el ahora y en la hipótesis.
En mis neuras y mis fobias,
en tus ausencias y tus derrotas,
en lo que no pueda darte ni atraparte.
Vivo así, entre la incertidumbre y el apego.
Entre el quererte y dolerme.
Entre quién me quiere y quien me hace bien.
Entre mi amor hacia ti
y el mío propio perdido entre dudas,
heridas y preguntas.