En esta Navidad, de corazón, quisiera, que hallaras en tu alma lo que buscaste afuera, que te abraces bien fuerte y que te felicites por tu esfuerzo y tu suerte (aunque no sea perfecto, tal vez, el resultado), y que no te limites al expresar tu afecto a quienes hoy visites o a quien sea invitado.
Ojalá que este día veas multiplicado lo que, de verdad, vale, más allá del destello: la mejor compañía, la deseada noticia, esa tierna caricia que revuelve el cabello, cuidar y ser cuidado…
Ojalá te regalen mucho de todo aquello que jamás se podría comprar en ningún lado.