Entre mi mano gastada y el vientre sagrado de mi hija, existe un hilo interminable de amor.
Un latido ancestral cobra vida para renacer nuevamente y agregar esa alegría que viví hace varios años al recibir a mis nietas.
Vuelve el suave aleteo a colmar de lágrimas de emoción mi vida.
En viaje de nueve lunas, en nanas inventadas, en mi, imaginando tu pequeña naricita, si tendrás hoyuelos al reírte cuando te haga cosquillas.
Llegas en el momento justo, a llenar de risas a tus tías y tío, a tus primas que crecieron demasiado rápido, a llenar de luz mi casa y cada rincón que será tuyo.
Vienes a los brazos de tu hermana mayor, a pintarle con aromas a frutillas su mundo.
Pido muchos años de acompañamiento para completar mi ciclo de vida.
Ruego verte crecer, descuento días, horas y minutos, cada amanecer falta menos para besar tu frente y arrullarte entre mis brazos.
(Te hablo suavecito para reconozcas mi voz entre la gente)
Ya, en breve tendré una fecha para grabar esa mirada de quién ama por segunda vez.
El amor a los nietos te lo juro Camilo, se vale por dos.
Acá te espero…
La abu Gra.