No sé en qué momento exacto lo supe, pero un día me descubrí pensando algo que al principio me dio vértigo decir en voz alta: ya no quiero practicar sexo con hombres. Sin dramas, sin rencor, sin un final trágico. Más bien como cuando cierras una ventana porque el aire que antes refrescaba ahora solo…
Redactoras























































































































































































































































