Mi cuerpo ahora es libre. Pero no siempre ha sido así. Muchas han sido las ocasiones en las que, en vez de abrazarlo desde el amor profundo, lo he analizado con una mirada inquisidora. Odiarnos es algo que socialmente se nos enseña: una especie de enfermedad que nos habita, veneno ponzoñoso que sacude la idea…
Redactoras























































































































































































































































