Es increíble a estas alturas de la línea del tiempo histórico que vivimos que aún enseñar una teta, hablar de tetas o la escenificación de un parto sea motivo de asombro, escándalo y ya el sumun, politizarlo. La naturalidad y la libertad de expresión son términos cada día más relegados, postergados a rincones añejos. Vamos…
Redactoras























































































































































































































































